No se han cumplido los dos años desde que se reinauguró el servicio de Medicina III del Hospital de Niños J. M. de los Ríos. Sin embargo, ya más de la mitad de las camas del servicio están fuera de funcionamiento. De los 15 niños que podrían atender, solo atienden a seis. Hasta diciembre eran ocho, pero Sonia Sifontes, la jefa del servicio, decidió retirar dos más porque los niños estaban hacinados.
Un ala del servicio quedó totalmente inhabilitada porque, por las filtraciones, el techo empezó a desprenderse. Nunca se arregló. La doctora Sifontes asegura que mensualmente envía cartas al director para que atienda la situación de su servicio, pero desde octubre no recibe ninguna respuesta.
Y como si esto fuera poco, también tienen que luchar contra la grave escasez de insumos y medicinas. Cuatro de los niños de servicio necesitan antibióticos como parte de su tratamiento, pero la vancomicina se les acabó. Le pidieron a los padres que la compraran, pero solo uno pudo hacerlo. Tres niños siguen sin medicarse.
Teniendo diagnósticos tan delicados (meningintis, cáncer y leucemia se cuentan entre sus casos) necesitan constantemente hacerse pruebas especiales, con las que tampoco cuenta el hospital.
Con miedo de un cierre total, el servicio trabaja “a la buena de Dios“.
Fuente: Efecto Cocuyo
Fecha: 11 de febrero de 2017