Durante muchos años Maturín fue considerada “la ciudad distinta” por la limpieza de sus calles, la cercanía de su gente y el orden que reinaba. Este 7 de diciembre, sin embargo, la ciudad “celebrará» 259 años de fundada entre la desidia y la anarquía.

En 1983 se oficializó el eslogan de la ciudad distinta gracias a su estimación como ciudad modelo y se le reconoció de esa manera tanto en el ámbito nacional como internacional. 36 años después la realidad golpea a todo el que habita en Maturín y no hay manera de que las nuevas generaciones puedan reconciliar el recuerdo de lo que fue con lo que ven ahora.

Sumida en el caos

Gran parte de los maturineses recuerda a la ciudad distinta con nostalgia y esperanzados en volver a reencontrase con aquella capital limpia y ordenada. En su mayoría atribuyen parte del caos a las autoridades. Destacan que no se les ha dado el debido mantenimiento y cuidado a los espacios que en su momento fueron icónicos.

“Para nadie es un secreto, todo ha empeorado. Necesitamos trabajar, porque por todos lados hemos visto cosas que han dejado de funcionar: los semáforos y la iluminación son prueba de ello”, destacó Iván Moreno.

La decadencia y deterioro en las principales avenidas es notorio. La oscurana es protagonista en las noches, cuando la ciudad se vuelve “fantasma” como la han calificado en varias oportunidades sus habitantes. La inseguridad ha propiciado que el centro de Maturín pierda vida comercial pasadas las 4 de la tarde, mientras que el aseo urbano solo circula por algunas zonas. El basurero es el «adorno» en calles y avenidas, que son bastante concurridas.

Uno de los temas pendientes, pero olvidados, ha sido el transporte público, que es unas de las cruces que deben cargar quienes habitan en Maturín. Pese a que oficialmente se estableció el precio del pasaje de acuerdo con las rutas y los montos a pagar son exhibidos en los vehículos, los usuarios denuncian que casi nadie respeta esa norma y no hay supervisión por parte de las autoridades y órganos contralores.

Deterioro en avenidas

Para peatones y conductores se ha hecho recurrente denunciar el mal estado en el que se encuentran las principales arterias viales de la ciudad, desde falta de alumbrado público, huecos en la carretera, hasta semáforos inoperativos.

Aunado a esto, los semáforos en su mayoría se encuentran inoperativos, algunos han sido arreglados por la gobernación del estado. Sin embargo, su funcionamiento es intermitente, como sucede, por ejemplo, con el que está ubicado en la avenida Bella Vista, en la entrada de Las Cayenas.

Recuerdan con nostalgia a la ciudad distinta

Este 7 de diciembre, quienes han crecido en Maturín inevitablemente han notado el cambio en la ciudad y traen a colación remembranzas de la Maturín de hace 20 años.

“Me da lástima ver a Maturín así, en el abandono. La plaza Miranda sin busto, la redoma Juana la Avanzadora sin la popular fuente, el paseo de Los Ilustres sin estatuas y las avenidas inundadas cuando medio cae una lluvia”, comentó Petra Aguilera

Los habitantes destacan que las soluciones que han dado las autoridades a las múltiples carencias de la ciudad no son más que pañitos de agua tibia.

El deterioro y descuido han sido uno de los efectos más nombrados por los habitantes de Maturín, no solamente en calles y avenidas, sino en recintos públicos. “Veo el deterioro en partes como el terminal, hospital, ambulatorios. No hay aseo urbano ni alumbrado público”, comentó Kennedy Figuera.

A 259 años de su fundación, los maturineses destacan que no hay mucho que celebrar y recuerdan a la ciudad pequeña, acogedora, limpia, ordenada y esperan algún día reencontrarse con la ciudad distinta.

Con información de Crónica Uno

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