Que un billete salga de circulación no significa que se deje de utilizar.

Eso es lo que pasó este viernes en Venezuela en una jornada de caos: hubo filas kilométricas, protestas y hasta saqueos en varios puntos del país, y también heridos y detenidos.

Miles de personas tuvieron que esperar durante horas para canjear los billetes de 100 bolívares, que el gobierno ordenó retirar de circulación.

Tras tres días en los que se podía hacer en cualquier sucursal bancaria, desde este viernes ya sólo era posible hacerlo en el Banco Central.

Y mientras algunos comerciantes siguieron aceptándolos, también muchos fueron los que se negaron. Así, Venezuela experimentó cómo se vive casi sin dinero efectivo.

No llegan

La salida del billete de 100, el de mayor valor y el más usado (un 48% de todo el papel moneda), debía ir acompañada con la introducción a partir de este jueves de nuevos billetes y monedas de mayor denominación, hasta 20.000 bolívares.

«Sólo los he visto en la televisión», dicen varias personas consultadas por BBC Mundo. No sólo no están aún en las manos de los ciudadanos, sino que tampoco están en las de los bancos.

De hecho, el presidente Nicolás Maduro dijo este viernes que los billetes del nuevo cono monetario llegarán al país «en los próximos días».

Las entidades bancarias, que en las últimas 72 horas habían registrado largas filas y un ritmo frenético para cambiar o depositar los billetes de 100, estuvieron mucho más tranquilas este viernes.

Y es que no hay dinero que ofrecer. En algunos cajeros se dispensaban billetes de 10. Un señora me dijo que incluso este viernes todavía daban de 100.

No hay efectivo y eso encendió la mecha de las protestas en varias zonas del país.

El gobierno, que el domingo decidió de forma sorpresiva retirar el billete más extendido con la justificación de combatir el contrabando de moneda venezolana por parte de unas supuestas mafias, alentó este viernes de nuevo el uso del comercio electrónico con tarjetas de crédito y débito.

Ya de por sí está muy extendido por la alta inflación que provoca que se haya devaluado el valor de los billetes, ahora es casi la única solución para hacer compras.

«No tengo otra cosa»

Como cada mañana, Nubia tuvo que tomar la camioneta para desplazarse desde las afueras de Caracas hasta la capital. El billete vale 500 bolívares. «Lo pagué con billetes de 100. No tengo otra cosa. El conductor no quería, pero tuvo que aceptar. Lo mismo pasaba con otras personas», me dice.

Algunos transportistas prefieren no recibir dinero y dejar que los pasajeros viajen gratis.

El problema afecta también a los comercios que no tienen máquina para el cobro con tarjeta.

«Mira, todos los periódicos están acá», me dice Álvaro, que regenta un quiosco. En los últimas días ha visto cómo caían sus ventas porque no aceptaba billetes de 100. «No voy a hacer horas de fila en el banco y que me roben», afirma.

5 días

En la noche del jueves, el presidente, Nicolás Maduro, volvió a cambiar las condiciones de canje de billetes aprobadas el domingo.

Ya no serán 10 días, sino 5 los disponibles a partir de este viernes para cambiar los billetes de 100 en el Banco Central de Venezuela (BCV).

Se recorta así el tiempo para retirar de circulación millones de piezas de papel moneda. Y por ello, quien no haya cambiado o depositado los billetes en las 72 horas pasadas en su banco, ahora puede tener un problema mayor.

El BCV tiene sólo dos sedes en todo el país: en Caracas y Maracaibo. En los alrededores de ambos edificios se formaron filas kilométricas.

Sin embargo, en Maracaibo la oficina del BCV no recibió billetes de 100, lo que derivó en protestas y disturbios.

Grupos de jóvenes marcharon indignados y se enfrentaron a la policía, que los dispersó con gases lacrimógenos. Un periodista local le dijo a BBC Mundo que hubo dos tiendas saqueadas, 10 detenidos y al menos un herido.

En la ciudad de El Callao (estado Bolívar) grupos de personas saquearon tiendas que se negaban a aceptar los billetes retirados por el gobierno.

En Caracas, con fuerte presencia de fuerzas de seguridad, la situación es mucho más ordenada.

«Espero entrar, pero nos va a dar la noche», me cuenta Luis, que se ha desplazado desde Valencia, a tres horas de la capital. Confiaba en que los funcionarios se turnaran y no cerraran.

Pero la comunicación oficial decía que el horario era hasta las 18 horas en día de semana y así se cumplió.

Paso con él y con Ángela unos 20 minutos en la fila. Hace mucho calor. En cuatro horas han recorrido 350 metros. Y están muy lejos de entrar y de las carpas habilitadas para proteger del sol a la gente.

Los dos eluden la pregunta de cuánto dinero portan, pero sus bultos son pequeños.

«Es un diciembre negro», lamenta Ángela, que durante la espera ya se ha gastado 2.000 bolívares en comer y beber algo.

Un negocio

Y es que la fila es un gran negocio para vendedores de pan, pasteles, cafés, jugos o helados. Todos aceptan billetes de 100. Hasta el martes hay tiempo de reunirlos y ponerse en esa misma fila para cambiarlos.

Para comer y beber no hace falta moverse. Sí para ir al baño. El gobierno ha dispuesto varios servicios portátiles a un lado del BCV, que cuenta con una fuerte presencia policial y militar con diversos cuerpos implicados en las calles aledañas.

En Caracas, la situación es ordenada, pero en Maracaibo los medios locales informaron de tensión e incluso de saqueos en varios comercios.

Al llegar a la taquilla, el BCV entrega un cheque o realiza una transferencia a la cuenta bancaria por el importe de los billetes entregados, me cuentan Luis y Ángela sobre el procedimiento.

«Estamos a cero»

Mucho más atrás en la fila, sentada en una plaza mientas alguien le guarda el puesto, está Elisa. «Estamos agotados», dice con gesto evidente. «Estamos a cero, no tenemos nada de efectivo», agrega antes de marcharse.

En la misma escalinata, José Vegas, jubilado y con problemas en una pierna, descansa. La fila avanza lento. En un saco de esparto lleva un paquetito bien encordado con 25.000 bolívares, una pequeña fortuna para este jubilado que dice recibir una pensión mensual de 27.000.

«Esto es el caos total», se queja, crítico con el gobierno. Lleva 5 horas y le faltan aún varias para llegar al punto en el que estaban Luis y Ángela.

«Y va a ser peor el fin de semana, cuando venga la gente de fuera de Caracas», apunta a su lado Grecia González, también enfadada con la decisión de Maduro.

Cuenta que el jueves estuvo de 2:00 a 15:00 horas esperando para cambiar billetes en su banco. Este viernes ha tenido que venir hasta el BCV de Caracas. «Mi marido es transportista, le dan puro billete de 100», dice resignada.

«Todo un éxito»

A pocos metros, en el Panteón, donde están los restos del prócer Simón Bolívar, el presidente Maduro preside un acto docente, admite que la situación es «dura» y pide «comprensión».

La noche del jueves dijo que el operativo para desmonetizar el billete de 100 «fue todo un éxito».

Y se mostró satisfecho diciendo que la medida supuso un golpe a las mafias que buscan desestabilizar a su gobierno.

Pero los críticos ponen seriamente en duda que existan bandas dedicadas a acumular la moneda del país con la mayor inflación del mundo.

El billete de 100 bolívares no vale ni US$0,03 en el mercado paralelo.

Al menos por unos días y a falta de que se concrete la llegada de los nuevos billetes de mayor denominación, los venezolanos enfrentan un nuevo problema económico: la escasez de dinero en efectivo.

FUENTE: BBC MUNDO

FECHA: 17 DE DICIEMBRE DE 2016

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