Más de tres mil familias de las comunidades Morrocoy, Los Naranjos, Delfín González, 24 de Julio y La Batalla en el kilómetro 11 vía Quíbor, tomaron la estación de rebombeo de Hidrolara Villa Rosa, en horas de la mañana de ayer, a la altura del sector El Pescaíto. Tienen mes y medio sin agua por tubería.
Vecinos del barrio El Carmen, también alzaron su voz de protesta, porque desde el 11 de mayo, fecha que la Hidrológica del estado Lara realizó una parada en el Sistema Alto Tocuyo, por la turbidez del agua debido a problemas de potabilización, el servicio les ha llegado un sólo día y sin fuerza.
45 personas con discapacidad, 17 mujeres lactantes y 10 adultos mayores con enfermedades crónicas y en cama, son las más afectados del sector Delfín González ante la falta de agua potable. Así lo denunció Camila Vargas, representante del comité de Salud del consejo comunal del lugar. «Exigimos que se acerque Yoel Tifor, presidente de Hidrolara, porque llevamos seis semanas sin recibir una gota de agua y sin ser atendidos a través de un plan de contingencia por la Alcaldía de Iribarren con camiones cisternas», expresó.
Informó que la restricción del líquido es ocasionada por la avería de los dos motores en la estación de rebombeo. «Hace 15 días a través de las mesas técnicas de agua nos informaron que los trabajos para recuperar uno de los motores habían avanzado un 60%, pero ya no podemos esperar más, por eso salimos a protestar», comentó. Las familias viven en extrema pobreza y denunciaron que los cisternas que circulan por la zona cobran un dólar por llenar un envase de plástico de 200 litros.
Nelson Rivero, de 74 años, ha improvisado una carretilla con la que carga una pesada pipa caminando más de cuatro kilómetros por cada viaje que realiza a la estación de rebombeo El Tostao. El recorrido lo hace cuatro veces al día. «Así ayudo a las madres que tienen niños pequeños o a las familias con viejitos enfermos. Hemos pasado hasta dos días sin podernos bañar por la falta de agua», comentó.
En El Carmen sufren
Palmenia Rodríguez, es una señora de la tercera edad que habita en el barrio El Carmen. Comentó que sólo les está llegando el agua potable los días sábados. Les dura menos de dos horas, y lo que les sale por las tuberías es un chorrito. «Es una desgracia lo que estamos viviendo. En mi casa se nos dañó el tanque y tenemos que agarrar agua en 11 tobos de pintura que tienen capacidad de ocho litros cada uno. Esa agua la utilizamos para bañarnos y cocinar, pero nos quedamos sin agua para bajar las pocetas o lavar la ropa», expresó. La comunidad en esta situación es caldo de cultivo para la propagación de coronavirus.
William Montero, consultado, informó que los vecinos utilizan bombas de agua para poder llenar los tanques, pero aquellas casas que no tengan el equipo, se quedan sin agarrar una gota.
Con información de La Prensa de Lara