TalCual y medios del interior del país visitaron escuelas de cada región para documentar y mostrar el estado actual de los centros de enseñanza en el país.

El deterioro de las instituciones educativas del país es el resultado de décadas de desidia, y se acentuó aún más tras la llegada de la pandemia del coronavirus, por la ausencia de vigilancia, el aumento de robos y el vandalismo.

El pasado 12 de febrero, Nicolás Maduro anunció que en marzo de este mismo año, pese a la pandemia de la covid-19, iniciarán las clases parciales y presenciales en los diferentes niveles educativos del país. Luego indicó que sería en abril. Más tarde, el auge y letalidad de la segunda ola covid-19 en el país anuló la medida, hasta nuevo aviso.

Sin embargo, el asomo de un regreso a los planteles sin antes acondicionarlos, generó gran revuelo y protestas en el país por parte de los educadores, quienes denunciaron las pésimas condiciones en las que se encuentran las instituciones en Venezuela y el riesgo latente de contagiarse del coronavirus.

TalCual junto a El Impulso de Lara, Correo del Caroní, Yaracuy Al Día, La Nación de Táchira, La Mañana de Falcón y El Tiempo de Anzoátegui visitaron varios de los principales centros educativos de cada región para documentar y mostrar el estado actual de los centros de enseñanza en el país.

El mismo panorama, pero con climas distintos
En centroccidente se repite el mismo escenario. En Lara, el 80% de los 1.700 planteles educativos que allí se encuentran están destruidos y no cuentan con servicios básicos, según el diputado de la Asamblea Nacional electa en 2015, Alfonso Marquina.

Liceos como el Rafael Villavicencio, Federico Carmona, Coto Paul y Mario Briceño Iragorry, ubicados en Iribarren, o como el liceo Egidio Montesinos en Carora y el Eduardo Blanco en El Tocuyo, son el mejor ejemplo para mostrar el abandono del sistema educativo del país.

En Yaracuy abundan los robos
En Yaracuy abundan los robos, e incluso invasiones de instituciones, como es el caso de la Escuela Técnica Agropecuaria Mayorica, que hace 15 años era referencia a nivel regional por la calidad educativa que allí se impartía.

Estos problemas han provocado que, en los últimos años, la matrícula del plantel pase de tener 600 estudiantes a poco más de 30.

“Toda la maquinaria y los elementos técnicos se perdieron por falta de apoyo gubernamental, las instalaciones se han ido deteriorando, al punto de que ya los alumnos ni siquiera van a estudiar allá. Por más que se quiera, no se pueden recuperar estos espacios si no hay una considerable inversión gubernamental”, indicó Oriol Martínez, docente jubilado de la E. T. A. Mayorica.

Estructuras datan de 70 a 80 años
En Táchira instituciones como el Liceo Bolivariano Simón Bolívar y la Escuela Bolivariana Carlos Rangel Lamus, se encuentran totalmente abandonadas, llenas de maleza, basura y paredes deslucidas.

El presidente de la Federación Venezolana de Maestro, capítulo Táchira, Ildemaro Useche, señaló que la mayoría de estas estructuras datan de 70 a 80 años, y no se han hecho las inversiones necesarias para su reparación o reacondicionamiento.

Cero políticas de mantenimiento
En el estado Falcón, entre los problemas que afecta la infraestructura educativa está la carencia e inadecuada aplicación de políticas de mantenimiento a los planteles educacionales.

La dirección de la Escuela Médanos de Coro, una de las más olvidadas en la entidad, elaboró en 2012 un proyecto para su rehabilitación y hasta la fecha no ha recibido respuesta.

Según el ingeniero civil Eusebio Benítez, en la actualidad, rehabilitar la mencionada institución podría tener un costo de inversión de hasta 900.000 dólares debido al delicado estado de deterioro en que se encuentra.

Filtraciones de décadas
El liceo Dr. Andrés María Hernández Caballero, ubicado en Puerto La Cruz (Anzoátegui), tiene más de 10 años con problemas de filtraciones en las paredes y la administración de Nicolás Maduro, a través del Ministerio de Educación, no ha mostrado interés para solucionarlo.

De igual forma, en el recinto se puede observar la carencia de bombillos en las aulas, así como los típicos pupitres dañados que se acumulan en una esquina.

También el liceo Bolivariano José Antonio Anzoátegui, en Barcelona, ha sido olvidado por las autoridades, y además de esto, los robos en este plantel son constantes, tanto así, que vándalos hasta se han llevado el busto del prócer regional al que el liceo debe su nombre.

El vandalismo impera
Al sur de Venezuela, en el estado Bolívar, han denunciado que el confinamiento por la pandemia no detuvo el desmantelamiento que venían sufriendo las instituciones educativas en la entidad.

La Unidad Educativa Nacional Ramón Isidro Montes y la Escuela Básica Nacional Las Américas, son clara muestra de los efectos del vandalismo, ya que han sido desvalijadas a tal punto de estar prácticamente inoperativas.

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Con información de Tal Cual

 

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