Una de las principales promesas de la llamada Revolución Bolivariana ha sido “mayor poder para el pueblo”. Sin embargo, expertos en el área de gerencia pública están convencidos de que esto ha sido una “falacia” y que, en realidad, ha habido una involución en materia de descentralización y, con ello, de capacidad de acción para los gobiernos que están más cercanos a las personas: gobernaciones y alcaldías.

“En estos últimos 17 años y medio de gobierno, lejos de acompañar el ritmo del resto de los países de América Latina, que todos sin excepción se han descentralizado, Venezuela ha involucionado. Ha retrocedido al siglo XIX en materia de competencias, recursos manejados en la provincia y las localidades, mientras el resto de los países avanza”, señaló Carlos Mascareño, coordinador del Doctorado de Estudios del Desarrollo del Cendes de la UCV y profesor titular de esa universidad.

Para muestra, lanza cifras contundentes: mientras los estados y municipios de un país como Brasil manejan 55% de los ingresos públicos de la nación, en Venezuela hoy las entidades solo gestionan 13%. Es incluso menos de la mitad del 28% que se registraba en 1998. “Eso indica cuán atrasados estamos, por debajo de todos los países latinoamericanos, inclusive los más centralistas en los 200 años de historia republicana”, indicó en el contexto de una mesa de análisis organizada por Cedice sobre el tema.

¿Pero qué significa para la gente este retroceso? Para Mascareño, esto se evidencia en el deterioro de la vialidad y en el manejo de puertos y aeropuertos en el país, que antes estuvieron en manos de los estados y volvieron con este gobierno al poder central.

“Con este esquema de manejar políticamente al país desde el poder central, no se avanza; se seguirá retrocediendo en materia de descentralización, y los ciudadanos de la provincia seguirán rezagados respecto al centro. Hay que introducir reformas para reubicar la distribución de los recursos financieros del país entre estados y municipios”, añadió.

Para Trino Márquez, director académico de Cedice y quien fue presidente de la Comisión Presidencial para la Reforma del Estado (Copre) creada en los 80 para el impulso de la descentralización, “es una falacia completa” la idea de que el gobierno actual promueve la participación y el poder popular.

“Los consejos comunales y las demás formas de organización popular han pretendido ser un escalón más alto que el de la descentralización (…) Los consejos comunales son un órgano complementario, subsidiario, pero no pueden sustituir ni a los concejos municipales ni a las asambleas legislativas de los estados. Por tanto, lo que se ha hecho es una inmensa trampa. Hoy tenemos unos estados y municipios mucho menos empoderados que antes, que carecen de recursos porque no pueden definir a dónde destinarlos, pues todo viene del gobierno central”, señaló.

Asegura que el Ejecutivo Nacional “ha vuelto al pasado más remoto, ahora es mucho más centralista, presidencialista y capitalino. Las gobernaciones y alcaldías han sido despojadas de poder y recursos y, por tanto, la población de la provincia del país tiene mucho menos presencia que antes”.

Reforma legal

La Asamblea Nacional trabaja en el proyecto de reforma de la Ley Orgánica del Poder Público Municipal, con la idea justamente de darle relevancia al poder local. Aún no entra a primera discusión.

En la propuesta trabaja Pedro Méndez, asesor de la Subcomisión de Descentralización y Gobiernos Locales del Parlamento –que preside el diputado Juan Pablo Guanipa-. Él considera que el llamado fortalecimiento del Poder Popular ha sido una amenaza para la descentralización.

FUENTE: CONTRAPUNTO.COM

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