La periodista Sofia Barbarani del diario Washington Post, escribió un artículo en el que asegura que muchas mujeres jóvenes venezolanas están optando voluntariamente por realizarse una esterilización por lo costoso y agotador que implica criar a una familia en plena catástrofe económica.
A continuación puede leer el artículo traducido del inglés:
La respuesta de las mujeres venezolanas a la crisis económica: esterilizarse
Sofia Barbarani
En la crisis de Venezuela, donde la crianza de una familia es una tarea cada vez más agotadora y costosa, un amplio número de mujeres jóvenes están eligiendo ser esterilizadas.
Con el espiral de inflación fuera de control, la escasez de alimentos y medicinas, y el incremento de los crímenes violentos, mujeres de hasta 27 años están buscando cirujanos para evitar embarazos no deseados.
Según un estudio realizado por la Asociación Civil de Planificación Familiar (Plafam) se estima que hay un incremento en la actualidad de las mujeres venezolanas esterilizadas del 23%, en comparación con hace 4 años. El director de la organización, Enrique Abache, dice que “La crisis financiera es una de las principales causas de esto”.
La pésima gestión del gobierno ha alimentado una crisis humanitaria, donde la mortalidad infantil se ha prácticamente duplicado en los últimos años. Un estudio realizado el año pasado por un grupo de académicos y profesionales de servicios sociales descubrió que de casi 1.500 adultos, el 87% carecía del dinero suficiente para comprar los alimentos que necesitaban.
“No fue una decisión difícil”, reveló una madre de dos niñas esterilizada recientemente y que prefirió hablar en condición de anonimato por la naturaleza personal del tema. “Fue la opción más factible… debido a la situación financiera del país”.
La mujer de 31 años de edad optó por ser esterilizada en noviembre, tan pronto como tuvo a su segunda hija. “Es muy difícil encontrar métodos anticonceptivos y las necesidades más básicas del bebé también son muy difíciles satisfacer”, explicó.
En un país donde los productos subsidiados por el gobierno son los más asequibles pero los menos se encuentran en los anaqueles, las madres a menudo tienen que pasar días enteros buscando leche en polvo o pañales. Aquellas que no pueden encontrarlos simplemente se ven obligadas a irse sin ellos o remitirse al mercado negro, donde esos productos están disponibles pero a precios escandalosos.
La escasez de métodos anticonceptivos tradicionales como condones, también ha catalizado las esterilizaciones.
Damarys Ramos, una ginecóloga que trabaja en Caracas, dijo que los venezolanos están limitados a cualquier método de anticoncepción que esté disponible en tiendas o mercados al momento de ir a comprarlos y que a menudo, es más factible conseguirlos en el mercado negro a precios muy altos. Muchas mujeres también utilizan etiquetas en Istagram para dar con vendedores ilegales y comprar los productos que buscan arriesgándose a ser estafadas, explicó Ramos.
Por su parte, el director de Plafam, Enrique Abache, denunció que algunos vendedores del mercado negro están colocando en el mercado métodos anticonceptivos falsos.
La esterilización puede ser costosa, por el orden de los 1.500 dólares, un precio exorbitante para el venezolano promedio. Así que muchas mujeres participan en “Días de esterilización”, en los que pueden obtener operaciones gratuitas o de bajas tarifas, debido a que es un programa dirigido por el gobierno y grupos sin fines de lucro.
Abache añadió que su organización realiza procedimientos de esterilización a un promedio de 30 mujeres por semana, muchas más de las que lo hacían hace cuatro años.
En este país, de mayoría católica, ni siquiera las enseñanzas de la iglesia han disuadido a las mujeres de tener familias más pequeñas. Lorena Ramos, de 36 años de edad, soñaba con tener 4 niños, pero ella y su esposo juntos solo reúnen un salario mensual del equivalente a 100 dólares. Eso es difícilmente suficiente para criar a sus hijos. “La situación económica permite tener solo dos hijos”, dijo Ramos.
Ella solicitó un procedimiento de esterilización hace 8 meses, tras el nacimiento de su segundo hijo. “El doctor me preguntó si estaba segura, y yo le respondí: ‘absolutamente’”, recuerda. “Para poder tener el tercero hubiésemos tenido que cambiar el carro y la casa y todas esas cosas son muy difíciles de hacer en este país”.
FUENTE: SUMARIUM
FECHA: 26 DE SEPTIEMBRE DE 2016