El reciente Informe Mundial de Malaria 2018, que divulgó la Organización Mundial de la Salud (OMS), dejó evidencia de que Venezuela es el país de América que, al concentrar 53% de los casos nuevos estimados de malaria para 2017 en el continente, lidera la lista de naciones que tiene más incidencia de transmisión de la enfermedad en la región. Ahora, al poner la lupa en terreno, las estimaciones sobre el curso del paludismo en los próximos meses no dejan muchas esperanzas: la Sociedad Venezolana de Salud Pública y la Red Defendamos la Epidemiología Nacional pronostican que el año 2018 cerrará con 1.064.554 casos, incluyendo recaídas, recrudescencias y los no registrados en los sistemas de vigilancia.
Los especialistas ofrecieron un análisis en un documento en el que indican que, extraoficialmente, hasta la semana epidemiológica Nº 44 de 2018, se habrían registrado 492 mil casos nuevos en el país. Por lo que estiman que al cierre de este año habrá 617.379 casos, lo que representa un incremento de 50% con respecto a 2017. Si se compara con el número registrado en el año 2000 (29.887 casos) el incremento es de 1965%.
Oficialmente, en 2017 se registraron 411.586 casos de malaria, 5.297 más que el número de afectados que, previamente, enviaron las autoridades sanitarias de Venezuela a la Organización Panamericana de Salud (OPS). La cifra significa un aumento de 70% con relación a los reportados en 2016. Del total de casos confirmados del año pasado, 76,8% se le diagnosticó malaria por Plasmodium vivax y 69% por Plasmodium falciparum.
Los especialistas de las organizaciones médicas señalaron que desde el 2017 en seis entidades no había transmisión autóctona de malaria (Aragua, Carabobo, Cojedes, Distrito Capital, Falcón y Mérida). Actualmente se ha registrado situación epidémica en nueve estados (Bolívar, Amazonas, Sucre, Monagas, Delta Amacuro, Anzoátegui, Nueva Esparta, Miranda y Zulia) con un aumento en la dispersión de la enfermedad en nuevos municipios y parroquias.
Apuntaron que en el país la incidencia parasitaria anual por cada 1.000 habitantes aumentó 8,23 veces que el año 2000 (incremento de 723%), lo que, para los especialistas, indica que la epidemia no ha sido controlada.
Con información de El Pitazo