La reforma parcial del Reglamento Interior y de Debate de la Asamblea Nacional (AN) tuvo su tiempo de “cocción” en el seno del Poder Legislativo. Al acercarse el momento de la reelección de Juan Guaidó como presidente del Parlamento y el inicio de nuevos procesos judiciales contra diputados, la directiva de la AN encontró el momento propicio para aprobar los cambios y defenderse ante lo que califica como la profundización de la “represión del régimen” para neutralizar al Poder Legislativo.

La modificación al artículo 13, numeral 4, permite la participación a distancia (por Internet) de los diputados en las sesiones y reuniones de las comisiones con derecho a voto. Esto, en aras de contrarrestar los intentos del Gobierno de impedir la votación en cámara del 5 de enero, según denuncias, para la ratificación del actual titular de la AN y conservar su estatus de presidente interino.

¿Pero qué otros mecanismos pudiera emplear el Poder Legislativo para garantizar su funcionamiento ya limitado por la declaratoria de desacato impuesta por el Poder Judicial frente a una lucha que parece desigual? Analistas políticos sostienen que más allá de medidas legales, el Parlamento con Guaidó o no a la cabeza, debe ser el motor de la protesta ciudadana y social en la calle para presionar el cambio político o al menos la garantía de mejores condiciones ante cualquier proceso electoral.

“Azuzar” las protestas

“Ante las medidas abusivas del Estado venezolano, frente al autoritarismo y la fuerza de las armas y de la represión el poder de la Asamblea Nacional es limitado por lo que debe optar por otros mecanismos de presión como la protesta ciudadana en la calle, acompañarla”, expresó el politólogo Guillermo Tell Aveledo.

Politólogos sostienen que la AN debe ser motor de la protesta ciudadana

El analista considera que Guaidó tiene un importante trabajo de recorrido y contacto con la gente por todo el país, lo cual a su juicio debe ser aprovechado y retomado para “azuzar” las manifestaciones.

El también politólogo Nicmer Evans suma a las actividades de protesta, el apoyo de la comunidad internacional como un dique de contención de la intención del Gobierno de disolver al Poder Legislativo antes de que culmine su período.

Más de 50 países del mundo reconocen a Guaidó como presidente encargado desde su juramentación el 23 de enero y a la AN como único poder legítimo que debe enfrentarse a unos Poderes Judicial, Ciudadano y Electoral alineados con los intereses del Ejecutivo que dirige Nicolás Maduro.

“Los partidos deben estar muy alertas al comportamiento (ético) de los parlamentarios, acompañarlos en sus inquietudes y ante la persecución judicial que ha hecho mucho daño, porque el Gobierno seguirá atacando y arreciará de aquí al 5 de enero”, dijo Evans.

También recordó que en dictadura la lucha entre el opresor y los oprimidos siempre será asimétrica a menos que sean “armas contra armas”, pero no es lo que quieren los ciudadanos “unos más que otros”, aclaró.

Metas reales

Por ser el último año de gestión de la AN electa en 2015, los analistas sugieren a Guaidó y a la AN plantearse metas más reales en su lucha política como el logro de condiciones electorales que permitan comicios transparentes, aunque sean solo las parlamentarias previstas para 2020.

“Este año se planteó una estructura radical que comenzaba con el cese de la usurpación, que se mantiene pero no estaba basada en la realidad. La oposición puede aprovechar lo alcanzado pero requiere estar unida”, indicó Tell Aveledo.

El Parlamento termina el año con objetivos políticos no cumplidos y por los cuales Guaidó pidió perdón, sacudido por denuncias de corrupción entre sus miembros y el reinicio de la ofensiva judicial que ha llevado a 30 diputados al exilio entre principales y suplentes.

Los analistas advierten que conservar la confianza de los ciudadanos y de la comunidad internacional pasa por abordar los casos de corrupción con transparencia.

Evans cree que el presidente encargado debe desprenderse del partidismo, renovar la estrategia y abrir un espacio de conducción política para escuchar a la diversidad de sectores. Pero, apunta, no quedarse solo en escuchar a los distintos representantes sino de verdad incorporar sus propuestas a la agenda.

Guaidó se ha reunido con rectores de universidades, docentes, empresarios y distintos sindicatos como parte de la elaboración de la agenda 2020 para el cambio político.

“No apuesto al logro de la libertad como asegura Guaidó pero la realidad es que el poder (de Maduro y su entorno) está desbordado por la falta de respuestas a los ciudadanos ante sus necesidades y la poca capacidad para el control social, además de varias burbujas económicas que le van a explotar al Gobierno”, añadió Evans.

Con información de Efecto Cocuyo

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