La intimidación, las detenciones arbitrarias y las agresiones físicas fueron los tipos de violaciones más comunes sufridos por los profesionales de la comunicación en el país, según un estudio de IPYS.

Un diagnóstico de la situación de violencia en contra los periodistas en el país realizado por IPYS encontró que el Área Metropolitana de Caracas destacó como la zona geográfica en donde se registraron los números más rojos, con un total de 165 casos y 229 violaciones.

A esta región del país le siguieron estados como Táchira, Lara, Zulia y Carabobo. Además, de los 17 tipos de actos violentos categorizados por IPYS Venezuela y que figuran en el mapa, la intimidación, las detenciones arbitrarias y las agresiones físicas se ubicaron como los más comunes.

El estudio Bitácora de Riesgos, un diagnóstico de la situación de violencia contra periodistas en el país, detalla los efectos laborales y personales de actos violentos contra trabajadores de la prensa, incluye un Mapa de Riesgos en el que se muestran los 481 casos de restricciones y ataques registrados entre 2019 y marzo de 2021.

La intimidación, las detenciones arbitrarias y las agresiones físicas fueron los tipos de violaciones más comunes sufridos por los profesionales de la comunicación en el país.

Bitácora de Riesgos también recopiló los testimonios sonoros de 24 periodistas de todos los estados del país y del Distrito Capital, quienes narraron las vulnerabilidades a las que se enfrentan al momento de realizar su labor informativa y las estrategias que aplican para protegerse.

De igual forma, se elaboró el reporte titulado “Cicatrices del periodismo venezolano” que reseñó el contexto de riesgos actuales que enfrentan los trabajadores de la prensa, y las consecuencias de los hechos violentos contra el ejercicio periodístico.

De acuerdo con el estudio, entre los efectos de la violencia están la censura, la autocensura, el desplazamiento forzado y la interrupción temporal de la práctica periodística.

La violencia contra el ejercicio del periodismo en Venezuela se ha consolidado en las últimas décadas como una política de Estado tanto por omisión como por acción, lo cual ha sido denunciado por varios organismos internacionales.

Un informe de julio de 2020 de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, concluyó: “Los periodistas y los defensores de los derechos humanos que critican al Gobierno siguen siendo objeto de intimidación y difamación pública”.

La intimidación repunta en el Mapa de Riesgos de IPYS Venezuela como el tipo de violación a la libertad de prensa que se ejecuta con mayor frecuencia. Y los resultados de la encuesta señalan que la intimidación, ejercida con amenazas de diversa índole (físicas, legales, etc.), tiene alto impacto sobre todo en el Distrito Capital y 10 estados del país.

Varios consultados relataron casos de colegas que, luego de recibir mensajes intimidatorios provenientes del gobierno regional, cesaron su ejercicio profesional durante un período en el que, con temor de ver afectada su integridad personal, se escondieron en fincas o fundos. Algunos de ellos retomaron el trabajo junto a la decisión de abordar temas menos críticos o polémicos para las autoridades.

Las lesiones leves son resultados comunes de las agresiones físicas contra periodistas en 18 estados. Por su parte, las lesiones graves —aquellas que requieren atención médica de emergencia— lo son en ocho entidades. También destacan el desplazamiento forzado y el cese temporal del ejercicio periodístico como consecuencias de los actos de violencia física, para un tercio de los consultados.

Entre las estrategias de protección (de integridad física) IPYS documentó que los encuestados sugieren hacer coberturas en grupo o en pareja, en detrimento de la antigua y tradicional competencia periodística por la primicia y la exclusividad.

Aunado a esto, en tiempos en que el miedo fomenta el silencio, los consultados también resaltaron la necesidad de la solidaridad gremial, como forma de lograr la protección colectiva. Las redes profesionales se erigen como pilar fundamental para la supervivencia del periodismo nacional.

Con información de Crónica Uno

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