Diáspora de médicos y enfermeras, hospitales desabastecidos, epidemias, muertes por falta de tratamiento y un sistema sanitario desarticulado. Ese es el legado que deja Nicolás Maduro tras su primer mandato en la Presidencia. Seis años después de su llegada al poder, ocho funcionarios distintos han encabezado el Ministerio de Salud y la comunidad internacional califica la situación venezolana de ‘emergencia humanitaria‘.
En marzo de 2016 se volvió viral la pancarta que portaba Óliver Sánchez, un niño de ocho años diagnosticado con linfoma de Hodgkin. “Quiero curarme. Paz. Salud”, rezaba el papel; pero ni cura, paz ni salud han encontrado los pacientes crónicos en Venezuela desde entonces.
Óliver murió mientras luchaba contra su linfoma y la escasez de tratamiento. Su caso es apenas uno de un número que la opacidad del Gobierno hace difícil de precisar.
Desde 2015, las protestas por el acceso a la salud se volvieron una constante en el país. Pacientes trasplantados, con parkinson, VIH, cáncer y otras patologías han exigido tratamiento ante diversas instancias gubernamentales y organismos internacionales, pero la situación solo se ha agravado desde entonces. No ha habido respuesta por parte de las autoridades venezolanas.
Hospitales inoperativos
En marzo de 2018 la Encuesta Nacional de Hospitales reveló que 20% de los quirófanos de los centros públicos del país están inoperativos, mientras que 78% ha reportado fallas intermitentes que afectan su funcionamiento.
El estudio también arrojó que 88% de los centros de salud presentaron fallas de medicamentos, un incremento de 10 puntos porcentuales en relación con lo registrado el año anterior.
La organización Médicos por la Salud volvió a llevar el pulso de la crisis hospitalaria en noviembre del año pasado y determinó que el nivel de desabastecimiento de las salas de urgencias en los centros asistenciales de la red pública alcanzó el 51%.
El éxodo de la salud
El abastecimiento de los centros públicos de salud no es la única que deuda que tiene Maduro en materia sanitaria. Los sueldos dignos, tanto para médicos como para enfermeras, también es otro de los grandes pendientes que tiene el mandatario.
La ausencia de tratamiento y de material médico-quirúrgico, así como los bajos sueldos, son dos de los principales motivos que llevaron al personal sanitario a buscar mejores condiciones laborales fuera de las fronteras.
Según la Federación Médica Venezolana (FMV), más de 26 mil médicos han abandonado el país desde 2004, pero en los últimos cuatro años el éxodo se ha agudizado con Maduro en el poder. El mismo proceso que sufren las enfermeras, quienes protagonizaron las protestas por salario justo el año pasado tras declararse en huelga.
Con información de Efecto Cocuyo