Sin un proyecto definido, sin nadie quién los espere, solo arrastrando una vida en pocas maletas y la ilusión de encontrar un mejor futuro. Así salen cientos de venezolanos a diario por la frontera tachirense. El temor a quedar encerrados en medio de una crisis que aseguran se intensificará en los próximos días, los hace esperar hasta seis horas en largas colas para sellar en el pasaporte la salida de VenezuelaEs casi el mediodía y bajo el intenso sol de la frontera, entre el municipio Bolívar del estado Táchira y el departamento Norte de Santander (Colombia), Ninoska Jiménez, lleva ya seis horas esperando en una larga fila a las adyacencias del Servicio Administrativo de Identificación, Migración y Extranjería (Saime), para sellar en el pasaporte la salida de Venezuela.
Su maleta ha rodado más de 48 horas desde que salió de Maturín, vía terrestre, hasta la zona fronteriza. Las ruedas se quebraron, pero la prioridad de la ingeniero industrial venezolana es salir antes del 30 de julio, fecha en que se realizará las elecciones para una Asamblea Nacional Constituyente (ANC) en el país.
“La situación se va a complicar, me voy a Perú. No tengo a nadie esperándome, solo conocidos y personas que he contactado a través de las redes sociales que me orientan sobre cuáles son las ciudades donde se encuentra mayores ofertas laborales”, dijo.
Para salir de Venezuela, comentó la profesional, no solo se necesita un pequeño capital económico que lo calculó entre 1.500.000 y 2.000.000 de bolívares, además se requiere valentía para tomar la decisión y dejar todo: casa, familia, amigos, para ir en busca de algo mejor porque las circunstancias, por ahora, no permiten conseguirlo en el país.
“Tengo una familia padeciendo la situación económica que vive Venezuela. Con 15 años de graduada, especialista y no consigo trabajo. Me voy con la maleta llena de ilusiones y con la fe de encontrar muchas cosas buenas para poder ayudar desde lejos a mi familia”.
Pero Jiménez es apenas una, de las miles de connacionales que han cruzado la frontera en los últimos días. El miedo de perder la libertad ha superado la incertidumbre de empezar una nueva vida, en un país desconocido y sin ningún proyecto laboral esperándolos.
Yulliagni Rojas se va de Venezuela “obstinada”, dice que la situación económica y de escasez que atraviesa el país hace cada día más difícil vivir en él.
“Congelé mis estudios de derecho. Yo soy quien sostengo económicamente a mi familia así que me iré primero por seis meses para trabajar y enviar dinero a casa”.
Viaja con destino a Bogotá, la capital colombiana “a lo que Dios le ponga en el camino”, porque no hay aún nada concreto por hacer en el vecino país.
“Voy a llegar a un apartamento que alquilaron unos amigos venezolanos que salieron meses atrás. Ya seremos 10 personas las que viviremos allí y entre todos a trabajar para compartir los gastos. Es un sacrificio que hago con la esperanza de que el país mejore pronto. Tenemos temor de lo que pueda suceder el domingo 30 de julio”.
Según las cifras de Migración Colombia 26.000 venezolanos entran al país a diario y en la última semana se ha incrementado en un 5% ese número.
Aunque pareciera que la estimación se queda corta al ver las largas colas frente al Saime para sellar la salida de Venezuela. Quienes permanecen allí, acompañados de montañas de equipaje, aseguran que deben esperar entre cuatro a seis horas para llegar a la taquilla, si no contratan los servicios de un gestor.
“Aquí nos cobran por todo. Hasta 30 mil pesos (equivalente a 100.000 bolívares al cambio del día miércoles 25 de julio) por darte un lugar en la cola y 25 mil pesos (equivalente a 83.300 bolívares al cambio del día miércoles 25 de julio) para conseguir una carta de invitación para poder ingresar a Colombia. A quienes no vinieron preparados con los documentos los extorsionan”, comentó Yulliagni a El Estímulo.
No hay edad para emigrar
José Linares de 56 años y su esposa llegaron desde Valencia a la frontera. Sellaron la salida del país y fue contactado por El Estímulo en la oficina de la Dirección de Aduanas Nacional de Aduanas (Dian) de Colombia, cuando emprendía viaje a Quito, Ecuador, aun no conocía las medidas migratorias dispuestas por este país para el ingreso de venezolanos.
“Me voy porque en Venezuela no se puede vivir con un sueldo de 250.000 bolívares mensuales, eso equivale a unos 30 dólares y cuando vamos a comprar comida lo poco que se consigue es a un precio exorbitante. Además la inseguridad que nos lleva asustados cada día”, dijo Linares.
Responsabilizó de los problemas del país al presidente Nicolás Maduro y aseguró que “las cosas serán peor si se instala la ANC”.
“La situación del país no va a mejorar, al menos en un corto tiempo. El gobierno le dice al mundo que en Venezuela los pobres viven bien y eso es falso. Mira alrededor y ves que los que nos vamos no somos ningunos ricos, somos pueblo que huye de la situación”.
Con toda una vida reducida en dos maletas, un bebé de ocho meses en brazos y otra de siete años sentada a su lado, aguardaba en una acera la docente Fernelia Rojas, mientras su esposo hacía cola en la Dian para sellar la entrada a Colombia.
“Me voy y regreso cuando el régimen caiga. La constituyente va a empeorar los problemas del país. Si antes tenían todo el poder con la constituyente será peor. No pueden negar que es una dictadura… ¿quieres más razones para salir del país?”, preguntó la venezolana.
Viajaba a Ecuador con su familia, renunciaron ella y su esposo a los trabajos y empezaran desde de cero en el país sureño. “Allá a los profesionales después que homologamos los títulos nos tratan bien, nos valoran el estudio y aquí no”, explicó Fernelia quien viajó desde el estado Vargas hasta la frontera.
Los destinos más buscados
La mayoría de los venezolanos que están saliendo por la frontera entre San Antonio del Táchira y Cúcuta, aseguran que van a regresar cuando “el país cambie”.
Viajan por carretera para economizar al máximo el dinero que han ahorrado para migrar. Muchos utilizan a Colombia como puente para continuar viaje a Perú, Ecuador, Chile o Argentina los destinos más buscados.
Daysi Guaranda es trabajadora de las empresas de transporte terrestre Suramericana Exprés y Ormeño, y esta acostumbrada a lidiar cada día con la gran cantidad de personas que demandan el servicio de la empresa porque “al mediodía ya se nos agotan los pasajes”.
Guaranda dijo a El Estímulo que en los últimos días ha visto a la gente dormir en la calle porque no tienen el dinero suficiente para pagarse un hotel.
“Desde hace unas semanas atrás son muchos los venezolanos que están saliendo del país lo que ha incrementado el número de autobuses que salen a diario”.
Un promedio de seis autobuses de las empresas citadas, registra salida diaria con capacidad para 42 pasajeros.
“Hace unos 15 días solo salían dos autobuses por día en cada empresa y los boletos no se agotaban”, precisó.
Las empresas de transporte colombianas han ajustado la dinámica labora a las necesidades del pasajero venezolano y le ofrecen tomar el autobús con el destino escogido en la localidad colombiana de La Parada, a pocos metros del puente internacional Simón Bolívar, sin necesidad de llegarse hasta el terminal de Cúcuta que les resultaría más costos.
Los costos de los boletos de autobús varían según el destino. De Cúcuta a Bogotá se pagan 90.000 pesos. De Cúcuta a Ipiales (Ecuador) 240.000 pesos. Cúcuta a Perú 160 dólares o 460.000 pesos y hasta Chile 350 dólares o 1.100.000 pesos.
Fuente: El Estímulo
Fecha: 29 de julio de 2017