Los puestos de control fronterizos de Colombia y Brasil cada día registran un incremento de inmigrantes, y después del proceso del pasado domigno #20May, hubo un creciente número de venezolanos que decidieron irse escapando de la crisis que hoy golpea a Venezuela, y la realidad de enfretarse a otros seis años de gobierno madurista.
Debido a las dificultades para tener acceso a medicinas, alimentos, transporte, seguridad y otras necesidades básicas, la alternativa de muchos es emigrar a un lugar en el que puedan mejorar su calidad de vida. Emigran con lo poco o suficiente que puedan tener, y emprenden el largo camino de irse en busca de un mejor futuro y el bienestar de los suyos.
El éxodo venezolano se acentúa cada vez con mayor fuerza. Los números que manejan algunas organizaciones encargadas de medir este fenómeno, no asoman posibilidades de que estas cifras disminuyan, se espera que el éxodo se incremente para el cierre del 2018. Entre las razones para emigrar, los venezolanos alegan que se debe a que existe una importante incertidumbre económica que no va a corregirse hasta que no haya un cambio de gobierno.
Las migraciones masivas son fenómenos con los que no es fácil lidiar. Los países receptores de esta oleada de extranjeros deben dedicar una parte de su presupuesto para que el incremento sustancial de su población no genere consecuencias graves. Sin embargo, en el caso del proceso venezolano, diversos países como Colombia, Perú, Brasil, Argentina o Chile, como las naciones con mayor índice de éxoodo venezolano, han mostrado una postura solidaria y presta a aceptar y brindando mecanismos de permanencia con mayor estabilidad.
La diáspora venezolana se ha vuelto una realidad ante el inexorable deterioro de las condiciones de vida en el país, mientras quienes gobiernan, insisten en aplicar medidas y políticas erradas agravando aún más la crisis económica, social, humanitaria y política, vislumbrando un proceso migratrorio aún mayor y sin precedentes en la historia de Venezuela.
Con informació de Tal Cual