Las preguntas abundan en torno al nuevo tabulador salarial. También hay críticas sobre estos nuevos parámetros de salarios en la administración pública, que elimina “los bonos y complementos asociados a la guerra económica” y los incorpora dentro del salario base, establecido en 1.800 bolívares soberanos (180 millones del antiguo cono monetario).
Para Froilán Barrios, economista y dirigente del Movimiento Laborista, esta política en materia salarial y sus efectos los arrastra el presidente Nicolás Maduro como parte de una serie de acciones que iniciaron cuando el fallecido Hugo Chávez estaba en el cargo.
A juicio del experto, los mandatarios se han encargado de “reformar unilateralmente” todo lo referente al tema salarial, pues han aplicado acciones sin antes discutirlas con los gremios, irrespetando el diálogo social aplicado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
“Eso para el sindicalismo es una ofensa”, dijo. “La intención es disminuir la presencia sindical porque el presidente tiene la decisión en sus manos”.
El especialista agregó que el objetivo final del Ejecutivo, tras la manera en que ha manejado sus acciones, es “sustituir los contratos colectivos”, en la que los gremios y federaciones, agregó, es la de ser vistos como simples “jarrones chinos”, una práctica común de países como China y la extinta Unión Soviética.
Con el socialismo como bandera, el gobierno pretende “horizontalizar” las escalas salariales, manifestó Barrios, recordando las distancias existentes entre el primer y último grado presentado en el tabulador y que marca la diferencia entre obreros, técnicos y profesionales.
Esto fue confirmado por Tamara Herrera, economista y directora de Síntesis Financiera, quien este miércoles, en entrevista por Unión Radio, indicó que el tabulador sufrió un “achatamiento” al ver diferencias que no tienen “sentido realistas” por intentar ver a las personas iguales, pero las “responsabilidades y capacidades cambian”, algo no tomado en cuenta y que “no será aceptado con facilidad en el sector público”.
A pesar de que el aumentó representó un incremento del más del 3.000% respecto al último, el trabajador, según Barrios, perdió el poder adquisitivo producto “de las improvisadas medidas que Chávez y Maduro cometieron, producto de una pésima gestión de 20 años”, pues “pasaron por encima de la realidad económica del país y cuya incidencia impactará particularmente contra los pymes.
Barrios recordó que de los ocho millones de trabajadores del país, un 70%, aproximadamente, forma parte de una pequeña o mediana empresa, lo que derivará en la pérdida de puestos de trabajo ante la exigencia de adaptar la nómina a los nuevos salarios, una medida que el experto calificó como un “espejismo” y de la cual la gente, al darse cuenta que no tendrá un efecto positivo, “alimentará la diáspora”.
Con información de El Estimulo