La especie de limbo en el que se encuentra Venezuela solo hará más profundo el deterioro en la calidad de vida de los ciudadanos, de acuerdo con la opinión de los economistas Sary Levy y Ángel Alvarado, presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional.
Aunque la prioridad actualmente es el tema político, no hay que olvidar que en enero pasado la cesta básica le costó al venezolano 1.396.507,23, según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores, lo que representa 77,6 salarios mínimo mensuales. Y la hiperinflación no se detiene. Alvarado afirma que este fenómeno continuará su curso mientras no se apliquen correctivos, pues el colapso económico es muy profundo y la considera como una especie de parálisis.
“Estamos terminando el segundo mes de 2019 y la economía no ha arrancado. La actividad comercial, empresarial e industrial está muy disminuida. Lo que se espera es más pobreza porque si bien es cierto que hay bienes y servicios, la gente no los puede adquirir”, añade Alvarado. El diputado señala que la única manera de comenzar a aplicar las medidas que reviertan esta situación es resolviendo el problema político.
“Lo que vamos a seguir viendo es una gran pobreza. Una población que se ha empobrecido aceleradamente, incluso más que en Cuba, porque allá el sueldo mínimo es de 30 dólares y aquí es de 5”, recalcó.
En esto coincide con la economista Sary Levy: “Si antes se hablaba de que la población de los estratos D y E eran los más afectados, ahora tenemos que incluir a los del sector C, y así tendremos que hacer sucesivamente. El deterioro económico avanza a pasos agigantados, estamos bajando rápidamente los escalones de la calidad de vida. Es como si estuviéramos en caída libre”.
La economista hace énfasis en que no se trata solamente de que aumente la pobreza, que es una condición cuantitativa de ingresos versus gastos y que a la larga es un indicador económico, sino que este declive alcanza la condición humana, lo que lo convierte en una verdadera tragedia. “Ya no hablamos solo de que la gente come proteínas una vez a la semana, sino de que no las come nunca”, asevera.
Concuerda también con Alvarado en que el retraso en la aplicación de las medidas correctivas es muy grave “pues será mayor el deterioro que se encontrará a la hora de comenzar la recuperación”.
Con información de El Nacional