La amenaza de cierre técnico en el Instituto de Oncología Dr. Luis Razetti es casi una realidad para los pacientes del servició de Pediatría. Al progresivo daño de equipos, que no han sido reemplazados, y el deterioro de la planta física, se han sumado en los últimos tres meses las reiteradas fallas generales en el servicio de agua y luz.

“Este año las carencias han sido cada vez peores. La falla de agua empezó a afectar primero a los baños, que hasta ahorita permanecen cerrados. Luego los pocos aires acondicionados que funcionaban en el área de Oncología Pediátrica presentaron problemas. Llegamos al punto en que las consultas y los días de tratamiento fueron suspendidos”, relató Yurbi Rojas, madre de un paciente de 8 años, con de osteosarcoma en la pierna hace dos años.

Rojas denunció que, aunque el servicio se mantiene de forma parcial en todo el establecimiento, los 15 pacientes que usan las 15 unidades en las que se aplican las quimioterapias no reciben el tratamiento en la forma adecuada. Además el personal de salud se expone al administrar los medicamentos sin las condiciones mínimas.

“Mi hijo pasó de recibir su tratamiento semanal, a solo una vez cada dos semanas. Cada vez que se le suspende la aplicación de la quimioterapia se crean otros problemas y no se asegura que el tratamiento vaya a tener el mismo efecto. Los enfermeros hacen lo que pueden, pero luego de que se dañó la última campana están más expuestos”, explicó.

La madre hizo a la alusión a la campana flujo laminar, dispositivo instalado en el área en la que se mezclan los medicamentos, previa aplicación a los pacientes, para aislar los componentes químicos de los fármacos.

A punta de tobos

La falla más reciente en el flujo de energía eléctrica se registró el pasado jueves, 21 de octubre cerca de las 2:00 pm, cuando una presunta sobrecarga dejó sin servicio al área de Oncología Pediátrica, parcialmente a la Farmacia y la de Quimioterapia de adultos, expuso el dirigente del Sindicato de Trabajadores de Hospitales y Clínicas de Caracas, Mauro Zambrano.

“Es una falla estructural en la zona. Al parecer hay muchas tomas ilegales alrededor del hospital y esto hizo colapsar los transformadores. Corpoelec intentó reparar la avería, temporalmente, pero no pudieron. En total, el hospital pasó 24 horas sin electricidad”, detalló.

Respecto al servicio de agua, Zambrano fustigó la que tildó de inadecuada respuesta que la directiva del centro de salud ha salud ha dado al problema, que radica desde hace más de dos años, pese a que se agudizó a inicios de septiembre.

“El problema es general por las irregularidades en la distribución de agua que mantiene Hidrocapital en la zona. Pero tratándose de un hospital, la directiva debió implementar un plan de contingencia con el que se garantice el suministro”, indicó.

Rojas reveló que, por la escasez continuada de agua, han tenido que cargar tobos como única manera de acceder al servicio para sus hijos. Desde el diagnóstico de su hijo ha acudido regularmente al segundo piso del citado establecimiento donde está ubicada el área de hospitalización Oncología Pediátrica.

“Las madres tenemos que bajar con tobos y buscar el agua, incluso en los días que Hidrocapital la manda, porque llega con tan poca fuerza que no sube al segundo piso. Nadie responde, la lucha por el derecho a la salud de nuestros hijos es diaria”, manifestó.

Con información de El Pitazo

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