Bajo el inclemente sol y todo el día transitando por las principales calles o simplemente parados en un semáforo es la manera en la que los vendedores ambulantes buscan el pan de cada día, en medio de todas las problemáticas que los mantiene azotados.

La falta de gasolina y la escasez de efectivo son las principales trabas para estos comerciantes que salen a «patear la calle» con la esperanza de poder llevar el sustento a casa. Han tenido que buscar la manera de adaptarse a todos estos problemas.

«El 50 % de los clientes eran viajeros, pero con la falta de gasolina ya perdí esa clientela, pero uno busca la manera de bandearse como uno pueda», aseguró Pedro Serrano, quien lleva 32 años dedicado a vender papagayos en el semáforo de la avenida Libertador con Bracamonte.

A pesar de la falta de dinero en efectivo, Serrano se ha tenido que adaptar a las nuevas tecnologías de las transferencias y pago móvil para no perder a clientes. Un papagayo lo vende en 2 dólares y el farol cuesta 6.

Otros comerciantes buscan también la manera de vender su mercancía y aplican ofertas. Por ejemplo, Oswaldo Vásquez vende burbujas en el parque Bararida y ha tenido que aceptar un dólar o tres mil bolívares para poder vender.

«Mucha gente viene en familia, pero a veces sólo tienen para las entradas y no para estas cosas. Me ha tocado hasta regalarle una burbuja a niños porque se van llorando», manifiesta Vásquez, quien asegura que en el centro aumenta la mercancía todos los días y cuando va a comprar ya no cuesta lo mismo, las ganancias no las ve casi.

Con información de La Prensa de Lara

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