Los supuestos pasajeros que abordaron una unidad de transporte en el terminal de Valencia con destino a Caracas desenfundaron las armas en la autopista Regional del Centro y despojaron a los usuarios de sus pertenencias. «Eso nos ocurrió hace diez días, los sujetos tenían las pistolas escondidas en un yeso», cuentan dos conductores desde el Terminal La Bandera, donde a diario se relatan escenas de atracos ocurridas a bordo de las busetas.

Choferes y usuarios coinciden en la necesidad de reforzar las medidas de seguridad en los terminales de la ciudad pues no todas las líneas de autobuses (en La Bandera hay unas 130) cumplen con normas básicas como la utilización de paletas detectoras de metales, la colocación del equipaje en el maletero y que los usuarios ingresen a las unidades solo con un bolso de mano.

«Hay muchas líneas que no tienen cámaras ni personas que las operen por lo que no se graba a los pasajeros que abordan los autobuses», dijo Orlando Viña,quien ayer tomaba una unidad para Barquisimeto.

Chequear las unidades y a los pasajeros antes de partir a sus destinos es una medida que muchas veces se incumple por la falta de personal de seguridad privado y de funcionarios policiales y de la Guardia Nacional.

«Hacen falta más puntos de control policiales en las autopistas y en los terminales», dice Miguel Camacho, quien conduce la ruta Caracas -La Victoria. Agrega que las líneas privadas conjuntamente con el Gobierno deben trabajar en la instalación de dispositivos GPS para que las unidades estén monitoreadas.

Ana Linares, usuaria, piensa que hay que tomar medidas para penalizar a los conductores que tomen a los pasajeros en las afueras de la estación o en plena vía.

Desde el terminal de Guatire, Héctor Vivas observó que hay líneas que están usando las paletas detectoras de metales pero hay otras, entre ellas las unidades del Sitssa, que no las emplean. A su juicio lo más preocupante son las paradas que se hacen a mitad de la vía. «Ayer se detuvieron en la carretera nacional para recoger a dos pasajeros. Esto genera zozobra entre los usuarios que solemos venir con predisposición».

José Gregorio Franquis, coordinador general del Terminal La Bandera, aseguró que en el recinto se realizan operativos donde participan funcionarios de PoliCaracas, Policía Nacional y de la Guardia.

«Se revisan las unidades de forma aleatoria o cuando es solicitado, sobre todo cuando hay personas en actitud sospechosa. De esa forma hemos logrado capturar a individuos solicitados. Pero muchas veces son los mismos usuarios los que se molestan cuando se chequea el autobús porque se quieren ir».

Franquis agregó que con los operativos de seguridad ha caído hasta en 80% la intencionalidad de delito en las unidades y exhortó a los pasajeros a no usar los autobuses que trabajan de forma ilegal en las afueras de La Bandera.

Resaltó que las nuevas unidades que el Gobierno ha asignado a través de la Misión Transporte (Yutong, doble piso, para rutas largas) cuentan con GPS y cámaras de vigilancia. Para la zafra navideña prevén un operativo con 450 funcionarios de los cuales 150 serán policías y guardias.

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Delitos acechan las terminales públicas

Los robos y hurtos están a la orden del día en las afueras de las terminales de pasajeros, sobre todo, en el de La Bandera. La ubicación estratégica permite a los delincuentes huir rápidamente hacia la autopista Valle-Coche, una vez que cometen delitos.

De acuerdo con información policial, en las afueras de La Bandera actúan bandas organizadas que someten a transeúntes cuando caminan entre la multitud.

Se reportan, según datos que manejan, unos diez asaltos cada día en horas diurnas. Los motorizados son quienes atacan con mayor frecuencia, porque tienen la posibilidad de escapar.

Sin embargo, hay hampones que ingresan a las áreas de la terminal para robar y hurtar, luego se pierden entre las personas que se aglomeran en los pasillos.

El más reciente hecho delictivo que ocurrió la mañana del 6 de noviembre, donde un adolescente fue ultimado por asaltar un autobús que iba para Maracay, volvió a alertar a los pasajeros que usan las instalaciones, pues el muchacho estaba armado y lo dejaron embarcar con otro delincuente que logró escapar del lugar, una vez que robaran a los viajeros al tomar la autopista.

Aunque en las afueras de la terminal hay diez funcionarios policiales resguardando la seguridad de las personas, estos ni cuenta se dan cuando los hampones atacan. Se enteran porque las víctimas denuncian luego.

En las instalaciones de la terminal de Oriente el panorama es un poco más tranquilo. Sin embargo, una balacera entre policías y ladrones ocurrida el 18 de octubre dejó tres muertos. Los sujetos habían robado un carro en La Urbina.

FUENTE: EL UNIVERSAL
FECHA: 10 DE NOVIEMBRE, 2016

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