“Fábrica de vacunas venezolana producirá 120 millones de dosis al año”. Ese titular apareció en medios oficiales el 22 de julio de 2014. Tres años después, el brote de difteria, malaria, tuberculosis e incluso sarampión, dan cuenta de que no se logró el cometido y que evidentemente la cobertura en vacunas ha sido insuficiente en todo el país.

La fabricación de vacunas estaba a cargo de la empresa socialista para la Producción de Medicamentos Biológicos, de la cual se dijo que llegaría para satisfacer las necesidades de la población con la producción de los antígenos DTP (difteria, el tétanos y la pertussis).

Con 120 millones de dosis al año, abarcaría la mayor parte de las vacunas incluidas en el plan de inmunizaciones del Sistema Público Nacional de Salud.

En ese entonces, el coordinador de la planta productora de vacunas del Ministerio para la Salud, Gerardo Briceño, y Malva Betancourt del Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel, dijeron que la creación de la planta autónoma y funcional de biológicos de alta tecnología, como lo propuso Hugo Chávez, se había cumplido: Espromed Bio se oficializó a través de la Gaceta Oficial número 412.459, de fecha 12 de junio de 2014.

Así luce el portal de la empresa que fabrica vacunas en el país.

La empresa tenía capacidad para fabricar además de vacunas DTP, sueros antiofídicos —biológico de uso terapéutico que se utiliza para las mordeduras de serpiente altamente venenosas— y antiescorpiónico —empleado para el tratamiento de los accidentes ocasionados por el emponzoñamiento de escorpión.

Con todo, el proyecto dista mucho de abarcar la realidad: en estos últimos años no hay cifras oficiales de cuántas personas son vacunadas y hay brotes epidémicos en 22 de los 24 estados.

Niños sin protección

El doctor Huníades Urbina, presidente de la Sociedad Venezolana de Puericultura y Pediatría, destacó que anualmente nacen entre 500.000 y 600.000 niños.

De acuerdo con las cifras que suministró el año pasado la exministra de Salud, Antonieta Caporale, las vacunas abarcaban 80 % de la población. Lo que quiere decir que no se alcanza la proyección de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que habla de una inmunización óptima cuando supera 95 %.

Adelfa Betancourt, exdirectora del Programa de Inmunizaciones del Ministerio de Salud y miembro de la Comisión de Vacunas de la Sociedad de Pediatría, indicó que hay un cúmulo susceptible de 500.000 niños que nacen y solo se vacuna 80 %, es decir, quedan 100.000 niños desprotegidos.

El doctor José Félix Oletta, exministro de Sanidad, apuntó que en el país hay 17 entidades con brote de difteria, enfermedad que no se veía en el país desde hace 24 años —63 % concentradas en el estado Bolívar— y a eso añade ahora un brote de sarampión.

El Programa Nacional de Inmunización no se está haciendo oportunamente, no es hacer jornadas en los hospitales, es brindar atención primaria en las consultas de niños sanos. No es dejar de hacer las jornadas especiales, eso es adicional, pues no es un trabajo de hospitales. En cambio, en las maternidades sí debes hacer coberturas, vacunar a las mamás, protegerlas del tétano y así inmunizas al bebé antes de nacer. Eso es fundamental. Lo mismo debió hacerse con el VPH, vacunas que prometieron con bombos y platillos, y no se está haciendo nada.

Explicó que, en la octava alerta de difteria en abril pasado, recordaron que la Organización Panamericana de la Salud (OPS), señaló que se debía importar 7 millones de dosis de vacuna contra la difteria en todas las formas, de las cuales 550.000 tenían que ser pentavalente y lo demás para difteria-tétano para adultos y niños. “Si lo hicieron no lo notificaron y la situación actual de contagios demuestra que no adquirieron ese lote material biológico”.

También se refirió a la situación de los 550.000 trabajadores de la salud que necesitan ser vacunados en el ámbito nacional. Dijo saber de Salud Chacao y Baruta que ya lo hicieron, “pero desconozco el resto del sistema, y lo que refieren los trabajadores es que no se ha hecho la prevención debida”.

Epidemias en todos lados

Ahora hay epidemias diseminadas en varios estados. “Y se añade la epidemia del miedo. Tener por más de 60 horas a una cola de gente esperando por una vacuna, a la intemperie, eso es una locura y genera conflictos sociales, no reduce el problema y además es una falta de responsabilidad de las autoridades rectoras. Eso está llevando a que la gente busque con desesperación en el mercado las dosis sin la garantía debida. No saben de la inocuidad y efectividad del medicamento. Eso es muy delicado”.

El esquema de vacunación nacional prevé la colocación de por lo menos 15 vacunas, entre ellas neumococo, que debe aplicarse en niños y adultos mayores, al igual que la influenza, rotavirus, fiebre amarilla, difteria —que se puede poner a menores de 1 año con la pentavalente que son tres dosis y a los adultos.

En el caso de la toxoide-difteria-tetánico, si la persona se vacunó hace 10 años, se debe colocar ahora el refuerzo, pero si está en el rango aún está protegida. Y si nunca fue vacuna hay que ponerle tres, como si fuera una pentavalente.

Vacunas que promueve el programa.

Foto referencial: Jota Díaz

Publicada en Crónica Uno

01/11/2017

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