“Aún en contextos de emergencia, la educación de los pobres no puede ser una pobre educación”, es la premisa de Noelbis Aguilar, directora del Programa Escuela de Fe y Alegría. En el 65 aniversario de la institución, Aguilar dice que “les toca gestionar el derecho a la educación”, pero ahora, en emergencia. Así lo han hecho en los últimos dos años.

Fe y Alegría diseñó, con la comunidad educativa y especialistas, un programa de gestión en emergencia para hacer contención a la crisis educativa. Los objetivos: disminuir las barreras que limitan la inclusión y permanencia educativa; promover el bienestar psicoemocional de los estudiantes, maestros, cuidadores y familias; hacer seguimiento y monitoreo a los indicadores de permanencia escolar.

Entre los programas más significativos está Alimentarte. Hoy, 76 centros educativos tienen un programa de alimentación que beneficia a 45 % de la población de Fe y Alegría. Así como también, un plan de vigilancia nutricional.

Para el plan de estudio, Fe y Alegría identificó qué es lo que se enseña en un contexto de emergencia: “Por lo tanto, hicimos énfasis en la escritura y lectura, procesos lógicos matemáticos, valores y ciudadanía”, señaló Aguilar.

En marzo de 2019 comenzaron a implementar este plan de emergencia. Para entonces, la inasistencia escolar alcanzó casi 50 %, lograron cerrar el año escolar 2018-2019 con 75 % de asistencia.

“Quiere decir que todas las acciones de contención, de carácter pedagógico, han contribuido a la permanencia escolar”, indicó Aguilar. Sin embargo, destacó que hay que aún están pendientes otras variables, como la atención a los indicadores antropométricos y los docentes.

A inicio del año escolar 2019-2020 en las escuelas de Fe y Alegría que aún no cuentan con un programa de alimentación, se registró “un porcentaje importante de desnutrición moderada”. Aguilar no precisó cifras, pero sostuvo que “están tomando las previsiones”. Destacó que en el resto de los centros, la situación nutricional ha mejorado. “En las mediciones antropométricas, muchos niños han salido de la situación de riesgo moderado”.

“Vivir el día”

“Sin maestros no hay escuelas”, han repetido con insistencia en Fe y Alegría. En la institución hacen falta 1265 docentes. “La condición actual de un docente es uno que trabaja para vivir el día. No podemos asegurar el bienestar familiar y personal”, reclamó Rafael Peña, director de Instituto Técnico San José Obrero.

Un docente IV con más de 11 años de servicio y una carga académica de 36 horas, diariamente gana 22.562,96 bolívares.

“Hay desgaste y tristeza al no tener una proyección de futuro, porque los ingresos que recibimos no nos alcanzan para el pasaje, mucho menos para comer decentemente, para el aseo personal, cubrir gastos de medicina”, agregó Peña.

Desde 2018, el Ministerio de Educación adeuda a los maestros 280 % correspondiente a los aumentos salariares estipulados en la segunda contratación colectiva. Los docentes de Fe y Alegría tienen más de un año en protestas para denunciar la emergencia educativa. En noviembre de 2019 Aristóbulo Istúriz, ministro de Educación, se comprometió a escuchar y atender a los padres y maestros de Fe y Alegría. A la fecha, continúan sin respuesta.

Con información de Crónica Uno

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