Educación para combatir la miseria. Este 5 de marzo Fe y Alegría cumplió 65 años de su fundación, seis décadas en las que ha llevado educación “donde termina el asfalto”, como dice su lema.

Pero 60 años después, sus escuelas confrontan el reto de impartir educación a los sectores menos privilegiados en el contexto de crisis humanitaria compleja venezolana.

La fuga de profesionales de la pedagogía, la migración de hombres y mujeres que se ven obligados a dejar a sus hijos al cuidado de terceros y el deterioro de los servicios básicos como transporte, agua y luz, han afectado gravemente todos los niveles de educación.

Noelbis Aguilar, directora de la red de escuelas, explicó a Efecto Cocuyo que todos estos obstáculos obligan a Fe y Alegría a innovar en el proceso formativo. “El contexto de crisis nos está llevando a un modelo distinto de cómo enseñar. Fe y Alegría está generando espacio de recepción y experiencias incipientes”, dijo Aguilar.

Innovación

La innovación educativa en la que trabaja Fe y Alegría en los últimos años ha sido “pasar de un modelo monodisciplinario”, en el que se impartían conocimientos útiles pero descontextualizados, a una enseñanza “por competencias”,  con el que se apuesta por el desarrollo de las inteligencias múltiples de manera integral.

Fe y Alegría ha asumido la importante labor de educar a pesar de la fuga de maestros. La Unidad Democrática para el Sector Educativo (Udse) calcula que en los últimos cinco años la mitad de los educadores han abandonado las aulas. Solo en las 175 escuelas de Fe y Alegría hay tres mil vacantes de maestros. Esto también ha llevado a cambiar la perspectiva del trabajo por asignaturas a una enseñanza por áreas del conocimiento.

La nueva metodología enseña el uso responsable de las tecnologías que tienen incidencia en la sociedad y se basa en proyectos de comprensión, que a su vez trabajan la parte socioemocional del alumno. Los juegos tienen un rol importante. A través de ellos “se enseña la democratización del poder desde el trabajo en equipo, la distribución de roles y funciones y las reglas claras”.

También en las escuelas técnicas la filosofía de “enseñar para el trabajo” se basa en “pasar de una cultura rentista a una enseñanza productiva”.

“El conocimiento está en las redes, en diferentes plataformas, en una planificación didáctica, saberes esenciales para comprender lo que (el estudiante) puede aplicar para resolver un problema, y eso no se va a olvidar”, sintetizó.

De la mano con la comunidad

Aguilar recordó que Fe y Alegría “nació de la mano con la comunidad, aplanando cerros, construyendo aulas y luego sumando empresarios”.

El 5 de marzo de 1955 la primera escuela de Fe y Alegría abrió sus puertas en la planicie del sector 23 de Enero, en Caracas. Se trataba de un proyecto de una familia de escasos recursos que prestó un espacio de su hogar al padre José María Velaz quien, acompañado de estudiantes de la Universidad Católica Andrés Bello, daban clases a los ocho hijos de Abraham Reyes y su esposa, y a todos los niños del sector.

Desde entonces todo el proceso de aprendizaje de Fe y Alegría ha involucrado proyectos que tengan una incidencia social y que vincule a la comunidad en la propuesta validación e implementación de soluciones. Incluso cuentan con un programa de formación de “padres y madres promotoras de la paz” en el contexto de violencia.

La red ha crecido hasta expandirse a otros países de Latinoamérica con la misma vocación “y se ha ido configurando a medida que ha cambiado el contexto”, dijo Aguilar.

El convenio con el Estado

Uno de sus logros fue “comprometer al Estado venezolano” en sulabor, que favorece a las comunidades más desasistidas de la sociedad. En 1989 de la mano de la Asociación Venezolana de Educación Católica (Avec) firmaron su convenio para subvencionar a las escuelas en los pagos de los docentes.

Esto “le dio una estabilidad a Fe y Alegría”; sin embargo, la directora advirtió que los docentes siempre han tenido que reclamar en las calles para obtener un pago puntual. Más recientemente, los docentes exigen un salario digno para evitar la fuga de profesionales, que se retiran buscando sustento para sus familia.

Recientemente también son receptores del programa de la Unicef “Todos y todas a las escuelas”. Este programa brinda material pedagógico y a abierto paso a otros convenios que surten los comedores de algunas escuelas. Fe y Alegría implementa estos recursos por medio de sus estrategias que vienen desde el equipo directivo nacional.

“Hoy por hoy podemos decir que siempre estamos buscando lo mejor, actualizando estrategias para el proceso de aprendizaje y respondiendo al contexto político con visión de desarrollo”, manifestó Aguilar.

Con información de Efecto Cocuyo

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