Apenas van dos meses desde que comenzó el año escolar 2019-2020, pero estar en un aula de clases es cada vez más difícil para niños y maestros. En este tiempo, las más de 170 escuelas de Fe y Alegría han perdido 25 % de su personal docente, mientras que en promedio 30 % de los estudiantes no asisten regularmente a clases.

“Estamos abordando una educación en emergencia, lo que significa que tenemos que echar mano de la creatividad para dar respuesta en un contexto que cada vez se hace más cuesta arriba”, dice Noelbis Aguilar, directora del programa Escuela de Fe y Alegría.

Aguilar relata que han tenido que redistribuir las tareas, responsabilidades y fusionar secciones, lo que hace que el personal que queda se agote más rápido.

Fe y Alegría atiende a 97.783 niños y adolescentes. Pero el año pasado eran 110.000. Aguilar indica que muchos se fueron del país, otros se cambiaron de plantel. De lo que sí está segura es de que hay 2295 niños que este año escolar no formalizaron la inscripción: “No sabemos dónde están”.  Contabilizan más de 9000 niños dejados atrás, que están a cargo de un tercero porque sus padres emigraron.

“Todos los días hacemos milagros”, añade Aguilar. En muchas escuelas el horario de clases se mide por la cantidad de agua que tenga disponible la escuela. Los niños deben llevar un litro cada día para permanecer durante el día en la institución.

Agrega que tienen escuelas, no precisa cuántas, que no trabajan los cinco días de la semana ante la falta de servicios y maestros. Según la última medición de octubre, Fe y Alegría tiene 1765 vacantes de maestros. Para tratar de paliar la situación, cuentan con 80 mamás voluntarias que están ocupando esos cargos.

“Desarrollamos proyectos pilotos, conjuntamente con el programa de Educación Superior de Fe y Alegría, donde estas personas pasaron por un proceso de 50 horas de formación, lo que permite desarrollar algunas herramientas para poder abordar a los estudiantes«, destaca Aguilar. En Guayana, 80 % de personal docente de la escuela, son madres y hermanos bachilleres.

Los maestros de Fe y Alegría no se han unido a los paros de docentes convocados desde octubre por los gremios y sindicatos. “No nos hemos paralizado, la crisis nos ha paralizado”, señala Aguilar,

Sin embargo, tanto maestros como padres y representantes han intentado reunirse con el ministro de Educación, Aristóbulo Istúriz. Han hecho manifestaciones y reclamos públicos, pero siguen sin respuestas. “Los docentes estamos cansados, agotados, decepcionados, de no tener respuesta concreta a las múltiples acciones que hemos realizado”, lamenta Rafael Peña, director de la escuela San José en Antímano.

El Ministerio de Educación adeuda por ajuste salarial: 40 % establecido en la convención colectiva de octubre de 2018; 60% de aumento de enero, 40 % de abril y 40 % de octubre de este año. Peña advierte que en la actualidad un docente no percibe ni un salario y medio.

Con información de Crónica Uno

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