Un agudo verano, una sequía cada vez más preocupante y, encima, la alteración del ciclo biológico del ganado vacuno nacional producto de los apagones, dan como resultado un complicado escenario para los productores agrícolas de la región zuliana. Todavía más si se le suma la venta del 30% de la producción cárnica que deben hacer los ganaderos a la Gobernación del Zulia, por decreto.

Las consecuencias de este “blackout”  fueron inmediatas. Al menos 1 millón 300 mil litros de leche se descompusieron y 71 reses (del matadero Maticolca) que formaban parte del porcentaje a otorgar a la Gobernación, se deterioraron tras la espera.

Aún así, por las características de la producción agropecuaria, las pérdidas siguen contabilizándose. Para las próximas semanas, el abastecimiento de productos lácteos disminuirá un 40%  en los comercios de la región, según estimaciones del segundo vicepresidente de Fedecámaras Zulia, Ricardo Acosta.

Acosta prevé que tomará, al menos, dos meses para que se normalice la producción y llegue al nivel  que se tenía antes del apagón. “El sector ganadero todavía no se ha reactivado, sigue evaluando perdidas. El problema es un sector de mucha planificación, no es como el comercio que uno coloca un producto, o no es como la industria que uno arregla la máquina, que tiene su proceso, pero es un proceso garantizado. (…) Esto es una recuperación progresiva”, sentenció.

Los mataderos no aceptaban reses durante el apagón, no había combustible para surtir a las plantas eléctricas para refrigerar la carne, y los transportistas temían tomar las vías para distribuir la carne y, por otro lado, llegada la electricidad, los transportistas se rehusaban a trasladar los cargamentos por temor a los saqueos.Esto último  sigue vigente.

En el eje sur las pérdidas en el sector lechero están en el orden del 60%, ya que los casi 5 días sin electricidad alteraron el ciclo natural del ordeño. Con respecto a la carne, Ariza fue enfático al resaltar que los distribuidores no están comprando carne como usualmente lo hacían, por “temor de que ocurra un segundo apagón igual de intenso.

Con información de Panorama

Ir a la barra de herramientas