Como ya es costumbre, en la temporada vacacional de este 2019 el gobierno nacional colocó en distintos puntos del país las tradicionales ferias escolares, con el propósito de permitir a los padres y representantes adquirir útiles y uniformes a precios que supuestamente permiten saltarse la “especulación” en los insumos necesarios para el regreso a clase de los estudiantes.

Según un anuncio colgado en las diferente páginas web de los entes gubernamentales, los “precios solidarios” de los combos de útiles y artículos escolares representarían un supuesto ahorro de entre 40% y 50%.

En una de estas ferias, ubicada en el Parque Generalísimo Francisco de Miranda, donde había puestos que ofrecían desde uniformes escolares para todas los niveles, así como la oferta de un “combo” con algunos útiles escolares.

Seis libretas, una borra, un sacapuntas, tres lápices de grafito y una caja de creyones era la única promoción que se observa en la feria, por un costo de Bs. 49.000, dejando de lado accesorios como el morral, los uniformes, zapatos y resto de papelería. El precio de las franelas es de Bs. 30.000; las chemises varían su costo de acuerdo a la talla y el grado de instrucción al que esté destinado, llegando a ser de hasta Bs. 40.000 y monos azul marino de la talla dos a la seis en Bs. 70.000, mientras que hasta la talla doce es de Bs. 90.000. El morral está valorado en Bs. 57.000.

Esto quiere decir que si una familia con un hijo en edad preescolar adquiere el combo que venden en estas ferias y parte del uniforme con el morral necesitaría Bs. 216.000; es decir, 5,4 sueldos mínimos. Ello sin contar que el «combo solidario» gubernamental no  ofrece ni la mitad de los útiles que necesita el estudiante para el inicio de clases, ya sea en instituciones públicas o privadas.

Ferias desoladas

En otros tiempos, cuando se hablaba de las ferias escolares lo primero que llegaba a la mente era la palabra «economía». El ritual de búsqueda consistía en ir puesto por puesto y comprar donde el precio resultara más tentador por mostrar calidad superior al menor costo posible. Pero en la actualidad todo esto ha cambiado: los puestos que por esta época estaban repletos de gente y en los que se debía esperar para ser atendido siguen allí y lucen casi completamente vacíos.

Con información de Tal Cual

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