El presidente de la Federación Nacional de la Industria de la Harina (Fetraharina), Juan Crespo, informó que las plantas procesadoras de trigo están trabajando al 50% de su capacidad.

Explicó que, de las 30 mil toneladas de trigo que requiere mensualmente la planta de Catia, en Caracas, para surtir a Vargas, Miranda y la ciudad capital, no le llega ni la mitad, y tampoco la de las 120 mil toneladas que se necesitan para cubrir el mercado nacional, por lo que prevé una situación bastante crítica.

“La poca harina industrial que sacan, cuesta 55 mil bolívares el saco de 45 kilos, y los bachaqueros lo venden en 1 millón 200 mil bolívares, más o menos a un kilómetro de distancia de la planta, y los platos rotos los paga el consumidor”.

El máximo representante de Fetraharina hizo un llamado al Gobierno nacional a garantizar la soberanía agroalimentaria y dé prioridad a los venezolanos para comprar materia prima. “Somos altos consumidores de pan, este es el acompañante de casi todas las comidas”.

Destacó que desde la Federación llevan estadísticas de las panaderías que han cerrado. “No pudieron mantener sus inventarios, no les llegaba la harina de trigo, a eso le agregamos los aumentos salariales impulsivos que ha realizado el Presidente y sus consecuencias, ya que esto obligó a los empresarios a reducir el personal”.

“Despiden a los maestros de cocina, ayudantes, barra y cajeros, ofrecen un salario más alto y se queda el personal necesario. Todos los lunes vemos al menos 70 empleados en cola sacando la cuenta de sus prestaciones sociales”.

Crespo aseguró que a los panderos se les imposibilita ofrecer el pan regulado. “Además que el bachaqueo les está dando una paliza, la mayoría de los ingredientes, levadura, azúcar, manteca, entre otros, son importados y comprados con el dólar que da el Estado, y como han tenido dificultades con las divisas, esto afecta la calidad del producto; las canillas parecen unas señoritas y a la masa no se le colocan los insumos suficientes”./LB/va

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