El antiguo jefe de inteligencia venezolana confirmó que es el heredero político del fallecido Hugo Chávez quien ordena a los cuerpos de seguridad proceder con actos de tortura contra sus adversaros. Lo hace “porque no cree en la democracia, porque tiene un proyecto totalitario y porque es una persona mala”.
La mano dura del régimen se ha hecho sentir con fuerza sobre muchos de los elementos que ha arresto, motivo de denuncias dentro y fuera del país; sin embargo, Figuera acotó que todo esto, sumado a la grave crisis que desde hace varios años impacto sobre la población, solo agrieta más la estructura oficialista.
“En los cuarteles y otros espacios del gobierno la gente está deseosa que Maduro se vaya, y hay muchos militares que no quieren que él permanezca en el poder”, indicó. “Si Maduro no sale por las vías constitucionales o voluntariamente, él estará legitimando cualquier acción que se haga y en la que participen militares o cualquier otro sector.
El exdirector del Sebin agregó que Jesús Santrich, quien fuera miembro de las Farc y hoy en día es solicitado por la justicia colombiana, llegó a instalarse en Venezuela, específicamente en un apartamento en Fuerte Tiuna que el gobierno de Chávez asignó a la exsenadora Piedad Córdoba, parte de una serie de atenciones que también involucra la presencia de elementos del ELN en el país.
Sobre el entorno de Maduro, Figuera comentó que es cada vez menor la confianza que el gobernante deposita en sus funcionarios, lo que derivó en el uso de efectivos de seguridad cubanos. “Me llegó la información que aumentó el número, lo cual evidencia su desconfianza (con su círculo cercano)”. Además, agregó que la ratificación de Vladimir Padrino López al frente del ministerio de Defensa obedece a una sugerencia de Raúl Castro: “imagino que habrá recibido alguna recomendación de que hay que tener al enemigo cerca para controlarlo”.
No obstante, acotó, las molestias dentro de la fuerza armada son irreparables.
“Hay un malestar terrible en el seno de la fuerza armada. He podido hablar con algunos generales y oficiales superiores para llamar a la reflexión y preguntarles su opinión en relación a lo que está ocurriendo”. Expresó. “Algunos están en la zona de confort y les toqué el tema, pero no dijeron nada. Otros adversaron lo que hice, pero son pocos”.
Con información de El Estimulo