“Prácticamente estamos inmóviles. Estamos a merced de los mercaderes de la gasolina para sacar la producción adelante en medio de la cuarentena”. Esta frase se repite en el universo de ganaderos del Zulia, que suman aproximadamente 12.000, responsables de garantizar al consumidor los productos de mayor demanda en la mesa: carne, leche y queso.
El panorama es complicado, así lo refiere Gerardo Ávila, presidente de la Federación de Ganaderos de la Cuenca del Lago, Fegalago. La principal dificultad con la que se enfrentan a diario es la falta de combustible para poder asistir a sus unidades de producción y preparar la mercancía para su salida al mercado.
Ávila alertó: “La producción está en riesgo, porque no tenemos gasolina para moverla a la ciudad”.
Las maniobras son varias, desde juntar esfuerzos entre algunos ganaderos para pagar la movilización, que hoy se hace con el alquiler de camiones a gasoil que cuestan entre 300 hasta 1000 dólares, o comprar gasolina en el mercado negro, en aproximadamente, cuatro dólares el litro. Lo que a su juicio es “impagable para muchos productores”.
Paul Márquez, presidente de la Asociación Civil Ganaderos de Machiques, Gadema, dijo que la producción de leche ha tomado otro rumbo. Se ha cortado la cadena de ordeño para activar el plan de contingencia: “Echar a mamar a los becerros. En vez de ordeñar, se deja que los becerros se tomen toda la leche. Muchos productores han tenido que tomar esa decisión y, claro, esa es leche que deja de ir al mercado. Es la medida más drástica que se puede tomar para que la leche no se pierda. Pero al perder esa cadena de ordeño es difícil de retomar”.
Se calcula que la producción de leche está por debajo de 30 % en el mercado nacional, pero el futuro es incierto.
Márquez refirió: “A medida que vaya aumentando la cuarentena no sabemos cómo vamos a seguir, pero hasta el momento garantizamos el abastecimiento en el estado Zulia”.
Producir queso no es fácil
La producción de queso en el estado Zulia aumentó luego del apagón general de marzo de 2019. Ávila aseguró que, a partir de este evento que dejó a Venezuela a oscuras durante más de ocho días, 70 % de los productores decidió migrar a la producción de queso y dejar de lado la de leche fluida, sobre todo en las zonas rurales.
La producción de queso requiere de ciertos aditivos, como sal y cuajo, insumos que son adquiridos con moneda extranjera, además de una fórmula, una cadena de comercialización y, lo más importante: el conocimiento. Los productores agropecuarios del occidente venezolano producen en su mayoría lo que es conocido como queso de matera, bajo en sal y económico.
Ezio Angelini, presidente de la Cámara de Comercio del estado Zulia y productor agropecuario, confesó: “Ahora cuesta más traer el queso a Maracaibo que producirlo, porque el combustible es muy costoso”. En su caso, para 2019 la producción de leche en su finca era de 1800 litros al día, hoy es de 400 litros.
Márquez lamentó que la única opción que tiene el ganadero es hacer queso: “Los productores han entendido que tienen que buscar todas las herramientas necesarias para que la producción no se pierda. Entonces no nos ha quedado otra alternativa que hacer queso, que es la única fórmula que tenemos para proteger la producción de mejor manera”.
El consumidor paga los platos rotos
El aumento de la carne y el queso en los mercados municipales y abastos obedece, según Márquez, al incremento en el pago de transporte, flete y combustible y todo lo que tenga que ver con la dolarización del país.
“Es muy difícil para un productor que quiera sacar sus animales, en el caso de la carne, alquilar un camión a precios exorbitantes y comprar combustible para poder trasladar la producción. El costo de traslado de mercancía depende del tamaño del vehículo. Un camión cargado de arroz desde Portuguesa hasta Maracaibo puede costar 3000 dólares. Eso es lo que distorsiona el mercado, pero para traer productos de Machiques a Maracaibo tendría que pagar 400 dólares por el flete más los gastos. Y ese precio lo está pagando el consumidor final. El ciudadano es el que paga los platos rotos”, agregó.
Sin salida rápida
Un productor del municipio Machiques de Perijá necesita al menos 80 litros de gasolina para ir a su finca solo una vez a la semana. Esto genera un gasto aproximado de entre 130 y 240 dólares por visita en combustible, dependiendo en la zona del mercado negro donde la compre.
En el caso de los ganaderos de la Villa del Rosario, en lo que va de cuarentena les han surtido combustible en la estación de servicio dispuesta para sectores priorizados solo dos veces. Ávila relató: “Un viernes atendieron a 57, y luego, 19 vehículos. Surtieron entre 20 y 50 litros. Eso no alcanza. De resto no hemos tenido más surtido de gasolina”.
El sector ganadero se ha reunido con la Zona Operativa de Defensa Integral (ZODI) para buscar soluciones, sin embargo, los afectados aseguran que la repuesta del órgano castrense es que no hay gasolina.
Ávila explicó: “La respuesta es que tenemos que resolver con unidades de gasoil. Textualmente nos dicen, de ese hay para tirar para el techo. 95 % de nosotros tiene vehículos a gasolina. Mandarnos ahora a buscar vehículos de gasoil cuando venimos arrastrando 20 años de políticas erradas, ciegas y miopes es totalmente incoherente”.
Agregó: “Los productores no tenemos acceso por vías regulares a la gasolina. Es todo un drama, porque bajo el esquema actual en el que estamos trabajando es inviable que podamos seguir así”.
El sector ganadero se considera que está “entre la espada y la pared” ante la falta de combustible. “Es responsabilidad del Estado proveer las condiciones mínimas para poder operar al productor agropecuario, a toda la cadena de consumo y al circuito agroalimentario. Estamos viviendo un día a la vez. Hoy no podemos planificar trabajos, ni tener operatividad normal”, puntualizó.
La falta de gasolina también afecta la solución inmediata de las fallas eléctricas. “Sin gasolina tampoco podemos prender las plantas, las pocas que funcionan son a gasoil porque es lo que más se consigue”, lamentó Márquez.
El presidente de Fegalago se preguntó: “¿Cómo hace un productor cuando tiene leche en su tanque de enfriamiento esperando por la planta, o el quesero que acopia la leche todos los días? Si esa planta no tiene combustible para poder ir a buscarla, y encima todos los días tienes que ordeñar, obviamente se te va a acumular la leche, pero esta es una situación de emergencia”.
La dinámica es la misma, la mayoría vende la leche a plantas para la preparación de queso: “Hasta ahora, en mi caso, la unidad de transporte que usaba el quesero para buscar la leche todos los días a mi finca era un vehículo a gasolina; en las últimas dos semanas ha tenido que alquilar un camión de gasoil para hacer el recorrido. Pero no sé hasta cuándo va a ser eso. Por eso, tengo que ir preparándome con cuajo y sal para que, en el momento de que la planta diga que no pueda recoger más la leche, salvar la producción haciendo queso. Es parte del plan de contingencia que como productores de leche podemos hacer, pero tampoco sabemos hasta cuándo aguantaremos”.
Ayudar a comunidades
Los agremiados han decidido ayudar a varias comunidades en zonas rurales con jornadas de venta de carne a precios solidarios e incluso donando una parte de su producción.
Hicieron un llamado de atención a las autoridades del Estado: “Queremos que entiendan que el sector primario productivo necesita especial atención, tanto como el sector salud. Sin comida no hay salud, si una persona no puede comer difícilmente tendrá una buena salud. Es indiscutible que el coronavirus agarró a Venezuela con una condición especial, a diferencia de los demás países, porque aquí no hay gasolina”.
Con información de Crónica Uno