“Si no nos aumentan, aguanto hasta este mes. El 1 de septiembre tendría que cerrar las puertas y sacar a los abuelitos“, dijo José Borrego, director de la residencia socio asistencial La Mano de Dios, ubicada en Vista Alegre, Caracas.

Borrego protestó por una mejora presupuestaria, junto a familiares de pacientes y representantes de otras residencias, frente a la sede del Instituto Venezolano de Seguros Sociales (Ivss) en la parroquia Altagracia de Caracas, este 18 de agosto.

“Alimentarlos es imposible. Hay mucha gente que está deteriorándose. No tengo todavía casos de desnutrición, pero ya están en ese proceso. Mis pacientes han perdido mucha masa muscular“, señaló Borrego.

En su residencia están resolviendo la alimentación “con lo que conseguimos”. Ni siquiera con ayuda de los familiares logran hacer comidas balanceadas, mucho menos incorporar frutas a la dieta. “Les estuvimos dando tres días auyama. También yuca, ocumo… vamos sustituyendo todo por ese tipo de cosas”.

Entre la gente, con pancartas y pitos, se encontraba Isabel Bastidas, cuya madre está recluida en una institución. “Están comiendo solo verduras y vegetales, los alimentos regulados no se consiguen en ningún lado”, señaló.

En ancianatos, como La Nona, los familiares pagan una cuota, aunque estas casas deberían ser gratis. Ruth Arrieta tiene a su madre allí y contó que cada uno de los familiares desembolsa Bs. 5.000 mensuales para que los directivos del instituto puedan comprar lo básico: arroz, harina y mantequilla.

En La Mano de Dios hay 58 pacientes y trabajan casi 40 personas, entre médico, nutricionista y personal de limpieza. Borrego dijo que no podrá pagar su nómina debido al nuevo aumento anunciado por Nicolás Maduro.

Esta residencia es una de las 57 que existen solamente en la Gran Caracas. A nivel nacional son 76 y entre todas atienden a 5.710 personas entre pacientes geriátricos, psiquiátricos y fármaco dependientes. Además, generan unos 2.000 empleos directos. Según contó Borrego, ya 3 de las 76 han tenido que cerrar sus puertas por no poder mantenerse.

Los manifestantes exigen un aumento del presupuesto cama/día de, al menos, 100%. Actualmente es de Bs 2.099, y con eso deben costear las cuatro comidas de cada paciente más el pago de personal, sumando sus prestaciones, cestatickets y vacaciones, y los alquileres de algún equipo, de ser necesario.

También estaba Mayra Arreata, proveniente de Vargas, que tiene a su hermana, sorda y con trastorno mental, en la Residencia La Abuelita. “Que nos aumenten, es un beneficio que requieren nuestros viejitos. Necesitan atención médica especializada. Nosotros colaboramos con lo que podemos”.

“Mi hermana ha perdido mucho peso, está bastante delgada por la situación que estamos pasando, pero cerrarlo no es la solución. Hay viejitos abandonados, que no tienen a dónde ir. ¿A dónde los van a llevar?“, se pregunta Arreata.

Es la segunda vez que protestan por el mismo motivo en menos de un mes. La primera fue el 2 de agosto, antes del aumento, y ya en esa fecha denunciaban que lo que percibían no era suficiente. En ambas ocasiones han exigido la presencia de Carlos Rotondaro, director del Ivss, pero no se ha acercado.

FUENTE: EFECTO COCUYO

18 agosto, 2016

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