La falta de mantenimiento y dotación en las instituciones educativas son evidentes. Luego de casi un año que se suspendieran las clases presenciales tras la llegada de la pandemia del coronavirus al país, las escuelas y liceos están por el piso. Nicolás Maduro anunció en enero que las clases comenzarían en marzo, ayer cambió la fecha para abril, sin embargo, no precisó día exacto. Docentes, sindicatos y federaciones dicen que no hay condiciones de infraestructura, ni de bioseguridad para volver al aula.

El monte y maleza alcanzan casi el metro y medio en las escuelas, las ventanas están sin vidrios, las puertas dañadas. A este panorama desolador se le suma que el servicio de agua, indispensable para cumplir con el lavado de manos, es precario. Y aunque hay algunas instituciones que se encuentran organizadas y limpias, (debido a que el mismo personal de manera voluntaria lo hace), docentes denuncian que la falta de mantenimiento por parte del Ministerio de Educación es total.

A las fallas de infraestructura se le suman debilidades como la falta de insumos de bioseguridad como tapabocas, guantes, caretas protectoras, gel antibacterial y alcohol para el personal, pero también los productos de limpieza y desinfección.

Los docentes aseguran que para un reinicio de actividades seguro, es necesario que se cumpla con un distanciamiento físico de más de un metro entre cada estudiante, lo cual resulta difícil cuando se trabaja con niños de primaria que parte del día lo pasan jugando entre sí y olvidan con facilidad las normas de distancia, y que además comparten objetos como sacapuntas, borradores y hasta el envase del agua para beber.

Ante esta situación que saben que se presentará por tratarse de niños, piden atender a los estudiantes por grupos, es decir, unos días los de inicial, otros los de primaria y luego los de bachillerato con una división por bloques de horarios y secciones.

Sin embargo, Maduro tiene otro plan. Ayer anunció que las clases comenzarán en abril bajo el esquema 7 + 7 que se irá alternando de forma que los alumnos puedan verse con sus docentes en el tercer lapso y bajo las estrictas medidas de bioseguridad, sobre lo cual aseveró que el Gobierno venezolano realiza grandes esfuerzos para vacunar a todos los docentes.

Luis Arroyo, presidente del Colegio de Profesores, salió al paso a estos anuncios y fue enfático al aclarar que los docentes sólo podrán volver a las aulas si se le garantizan cuatro escenarios: Salarios dignos, planteles con jornadas de limpieza y desinfección constante, dotación de equipos de bioseguridad incluyendo servicio de agua, y vacunas para todo el personal docente, administrativo, obrero y estudiantes, pues afirmó que ningún educador va a arriesgar su vida volviendo a aulas con un salario mísero.

«Sabemos que existe un discurso retórico por parte de Maduro por lo tanto sabemos que no cumplirá con las exigencias de los docentes lo que a su vez aleja toda poda posibilidad de volver a las aulas bajo condiciones de riesgos», expresó Arroyo.

Jesús Echeverría, miembro del Sindicato Único de Trabajadores de la Educación del estado Lara (Sutelara) explicó que no hay condiciones físicas ni sanitarias en las instituciones, pero a eso se le suma que tampoco hay dotación de material didáctico y mucho menos condiciones laborales y socioeconómicos para quienes hacen vida en las casas de estudio.

La mayoría de las instituciones educativas no cuentan con un vigilante o por lo menos con rondas policiales para mantener el poco material que queda resguardado, lo que trae como consecuencia que los dueños de lo ajeno entren y hagas de las suyas.

Preparados
En el caso de los colegios privados ya están afinando detalles para la llegada de las clases presenciales con protocolos pilotos de bioseguridad descentralizados y escalonados, acatando las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

Fausto Romeo, presidente de la Asociación Nacional de Instituciones Educativas Privadas (Andiep) dijo que cada colegio es diferente y por eso el protocolo también, lo que si es de manera obligatoria es el uso del tapabocas, que las clases sean por grupos, tres veces por semana y no máximo de cuatro horas por día.

El presidente de Andiep explicó que los colegios pueden dar clases con un 25 % hasta un 50 % de los estudiantes y de manera escalonada irán evaluando como avanzar con los protocolos de bioseguridad. Deben tener en cuenta que «no habrá recreo ni educación física» dijo Romeo, detallando que durante las clases deben tener presente en cumplir con un distanciamiento físico entre cada estudiante de por 1 metro 20 centímetros o 1 metro y 50 centímetros.

«El retorno a clases debe ser, porque la pandemia aun no se acabará y las clases si deben continuar» dijo Romeo, quien explicó que ellos poco a poco han ido evaluando todas las estrategias posibles para que sean seguras a través de los protocolos de bioseguridad.

También tienen sus exigencias
En las universidades no se niegan a dar clases presenciales, pero si exigen condiciones para poder darlas, pues así como las escuelas y liceos también se encuentran por el piso ante la falta de mantenimiento por la falta de presupuesto.

Rita Añez, rectora de la Unexpo dijo que los elementos esenciales para volver a las clases presenciales es que le brinden dotación de insumos de bioseguridad, transporte y aunado a eso un ajuste de salarios.

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Con información de la Prensa de Lara

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