El primer incremento del salario mínimo del año 2020 no fue bien recibido por trabajadores de la salud. A juicio de representantes sindicales y de colegios profesionales la medida no mejorará el ingreso de empleados y obreros, que desde el año 2018 mantienen un conflicto por el deterioro de los sueldos y las condiciones contractuales.

Con el aumento el ingreso mínimo mensual se ubica en 250.000 bolívares, además de un bono de alimentación de 200.000 bolívares. Así lo confirmó a las 9:26 pm del viernes 10 de enero el exministro de Trabajo Francisco Torrealba, a través de su cuenta en Twitter.

Pablo Zambrano, secretario ejecutivo de la Federación de Trabajadores de la Salud (Fetrasalud), subrayó que con el incremento persiste el rezago en la capacidad de compra de los empleados y obreros del sector salud.

«Ese aumento se va en un cartón de huevos, un kilo de queso y dos harinas de maíz, si acaso. Eso sin contar la pérdida de los beneficios, que se calculan sobre la base de esos montos. El gobierno continúa desconociendo nuestra convención colectiva al no respetar los derechos de cada contrato», expuso Zambrano.

Excluidos

Para el sindicalista la informalidad con la que se realizó el anuncio del ajuste salarial revela el estado de desprotección en que se encuentran los trabajadores en Venezuela. Objetó que no se les haya incluido en la discusión de sus beneficios laborales.

«Ningún sindicato fue consultado sobre este pírrico incremento, ni siquiera los que están vinculados al gobierno. Estamos dejados de lado en todo sentido», aseguró.

Zambrano enfatizó que con el alza salarial los sueldos de los trabajadores en Venezuela se mantienen como los bajos de la región. Al hacer la conversión del salario mínimo a la tasa oficial publicada por el Banco Central de Venezuela el ingreso equivale a apenas 3 dólares al mes.

«¿Quién sobrevive con tres dólares al mes en cualquier parte del mundo? En Venezuela es peor porque la vida es cara hasta en divisas. El gobierno sigue desligado de la realidad del pueblo trabajador», aseveró.

Insostenible

Ana Rosario Contreras, presidenta del Colegio de Profesionales de la Enfermería del Distrito Capital, calificó de insostenible la operatividad de los centros de salud, debido a las deserciones que proseguirán por los bajos sueldos.

«No sabemos cuántos de nuestros compañeros se reincorporarán a sus puestos después del breve asueto de diciembre. Muchos aprovecharán para retirarse porque no se ve solución ni mejora al problema de la falta de un ingreso digno», indicó Contreras.

Judith León, presidenta del Colegios de Bioanalistas de Venezuela, coincidió en su preocupación acerca del impacto que tendrá el alza en nuevas deserciones. Según Léon, el servicio de todas las áreas de la red ambulatoria y hospitalaria está mermado por la falta de personal.

«El trabajador no solo se siente vulnerado en sus derechos, sino burlado y desoído. El gobierno no solo no atiende el reclamo, sino que no ofrece alternativa para paliar la masiva renuncia de trabajadores», manifestó León.

Política de Estado

Para Contreras el aumento, decretado en Gaceta Oficial Extraordinaria N° 6.502 con fecha del 9 de enero, supone una nueva etapa en el conflicto que el gremio de enfermería inició en junio de 2018.

«Se consolidó una política de Estado de desconocimiento de los derechos laborales. Y eso es algo a lo que seguiremos resistiendo en la calle. Exigir dignidad y respeto por nuestro trabajo es un derecho que no nos vamos a dejar quitar», añadió Ana Contreras.

Con información de El Pitazo

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