En deplorables condiciones viven los habitantes del municipio Bolívar del estado Táchira. La falta de agua potable es una de las tantas raíces del árbol de problemas que tienen quienes habitan en la entrada al sur del continente americano.
Meses llevan a la espera del restablecimiento del servicio, pero la estatal Hidrosuroeste no da respuesta. Esta situación ha creado un ambiente de insalubridad que ha sido propicio para el surgimiento de enfermedades que van desde cuadros diarreicos hasta casos de hepatitis, ya que el agua que los habitantes del municipio consumen proviene de pozos profundos, cuya potabilidad es dudosa.
Precisamente ante esta situación, el diputado Juan Carlos Palencia denunció que habitantes tanto del municipio Bolívar como de Ureña consumen agua contaminada con heces fecales. A su vez, afirmó que en la entidad fronteriza la venta de agua “potable” mediante el uso de cisternas va en incremento.
Autoridades sanitarias, así como la estatal de aguas del estado, han realizado diversas mesas de trabajo desde mediados de año, cuando comenzó el problema. Sin embargo, aún no han dado una respuesta clara a los habitantes de la zona fronteriza. Esta situación también perjudica a quienes migran desde Venezuela hacia el sur del continente.
“Esto ha provocado brotes endémicos de hepatitis y serias afecciones de piel. Se hizo un plan de trabajo en su momento para atacar esta situación, pero, a meses de dicha planificación, ninguno de esos entes entrega resultados que se llamen satisfactorios”, señaló el parlamentario, quien forma parte de la Comisión de Administración de Salud y Servicios Públicos del CLET.
Con información de Crónica Uno