A los habitantes del municipio Naguanagua se les van los días de la cuarentena social por el COVID-19 entre caminar largos trechos en busca de agua y hasta pagar altas sumas de dinero en divisas por abastecerse mediante cisterna.

Los racionamientos de agua establecidos son los días martes y viernes, sin embargo, pueden pasar hasta cinco días sin que salga agua por los grifos.

Adán Hernández, miembro de la Red de Vecinos de Naguanagua, explicó que la falta de agua en el norte del municipio se debe a que por fallas eléctricas se quemaron dos bombas que comprometen el bombeo desde Bárbula I. Estas comunidades, que son en su mayoría zonas populares, llevan más de un año sin recibir agua por tuberías.

Los habitantes de comunidades de Naguanagua, como Vivienda Rural, Puertas Negras, La Entrada, La Querencia, Girardot, entre otras, deben cancelar 25 dólares para pagar un camión cisterna, y los que no pueden hacer la inversión caminan con carretillas cargadas de garrafones hasta la construcción del ferrocarril que se encuentra en la autopista Valencia-Puerto Cabello, a la altura de La Entrada.

Hernández explicó que con la escasez severa de combustible en la entidad carabobeña, que ya cumplió un mes el 12 de abril, el servicio de cisternas ha mermado, de 50 vehículos solo están funcionando a gasoil entre 10 y 15.

Hernández  también denunció que el servicio de recolección de basura es escaso y deficiente lo que pone en jaque la salud de los habitantes de Naguanagua.

Los camiones de aseo urbano pueden pasar, en el más afortunado de los casos, una vez por semana en algunas comunidades, mientras que en otras no se ven.

En el municipio, trabajadores de la recolección de basura improvisaron vertederos de desechos, uno ubicado en el sector La Campiña, cercano a la avenida Universidad, y el otro, en el sector El Retobo, lo que hace que se vean afectadas unas 2000 familias que residen en ocho urbanismos aledaños.

Con información de Crónica Uno

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