La cotización de un seguro para automóviles se realiza calculando entre 15 y 20% del valor del automotor, lo cual obliga a los ciudadanos a desembolsillar un mínimo de Bs 300 mil.

En un país con una crisis inflacionaria que, según especialistas, pudiera alcanzar los cuatro dígitos, ningún sector escapa al incremento en los precios. Las aseguradoras no son la excepción.

Propietarios de vehículos particulares en Anzoátegui afirman que asegurar un automóvil cuesta desde Bs 300 mil, y podría superar el millón de bolívares, lo cual es imposible de cancelar con un sueldo que va en “caída libre”.

Un ciudadano que perciba sueldo mínimo de Bs 22.576,73, (Gaceta Oficial N° 40.965, decreto N° 2.429, desde el 1° de septiembre), debe trabajar 13 meses sin gastar ni un centavo, para cubrir una póliza de 300 mil bolívares.

Si un asalariado está obligado a pagar un millón de bolívares, algo subrealista pero posible en un país como Venezuela, debe laborar casi tres años y medio continuos para saldar semejante costo.

Consultada al respecto, la corredora de Seguros, Nancy Cedeño, con amplia experiencia en la materia, colocó sobre la mesa algunas cifras que dan cuenta de la crisis.

Según explicó, la cotización de un seguro para automóviles se realiza calculando entre 15 y 20% del valor del carro, cuando el modelo data del año 2014 en adelante.

Esto significa, por citar un ejemplo, que si un vehículo cuesta 6 millones de bolívares (podría ser mucho más), la póliza saldría por de Bs 900 mil.

Con respecto a los autos más viejos, la corredora afirmó que se tiene que hacer una revisión para tomar en cuenta las condiciones de la unidad y así establecer el costo del seguro.

La crisis

La brecha entre salarios y pólizas es tan profunda que mantiene en zozobra, incluso, a quienes ganan sueldos mas altos.

La ingeniera María Eugenia Vilchez Salazar quien labora en una empresa petrolera de Anaco, aseguró su Yaris Sport 2008 hasta 2015, cuando el costo era de Bs 80 mil, pero en marzo pasado, al intentar renovar, el banco Mercantil le ofrecía una contrato de Bs 300 mil. “Sólo puedo pagar Bs 18 mil por el seguro de Responsabilidad Civil, porque incluye el servicio de grúa. Nada más”.

“Hoy en día la mayoría de las personas no realizan una cobertura completa del vehículo. Muchos sólo adquieren el Seguro de Responsabilidad Civil que es el que exige la ley, que sale en unos 20 mil bolívares. Otros compran pólizas de accidentes leves, para abolladuras o choques pequeños”, dijo la corredora Nancy Cedeño.

El ama de casa Cristina Fazio, residenciada en Barcelona, también dejó de renovar su convenio por poca disponibilidad financiera.

“Los ingresos que tenemos son muy bajos”.

En los últimos siete meses le han robado la batería en dos oportunidades, y, como medida preventiva, ahora estaciona en el garaje de un familiar.

Al empleado público Adolfo Rodríguez no le quedó otro remedio que ser mucho más cuidadoso al momento de manejar. Al conducir se encomienda a Dios. “En mi caso cuento con estacionamiento con vigilancia privada, y aún así sé que estoy propenso a sufrir un robo. Pero no hay remedio”.

El docente de El Tigre, Alberto Moya, dueño de un Kia, modelo Río, anda sin seguro por primera vez desde que lo adquirió en 2008. “Me tocaba pagar casi 500 mil y no puedo. Asegurar el carro es un lujo”.

En similar situación se encuentra el trabajador de Corpoelec, Darío Guevara, quien ha tenido que hacerle modificaciones a su vehículo para evitar robos. Cambió todos los cilindros a una marca de mayor calidad.

“Las pólizas están exageradamente caras. Hace poco estaba estacionado frente a la residencia de un amigo y en cuestión de segundos me robaron la batería y me dañaron el capó y una puerta. Ahora evito dejarlo en lugares oscuros y solitarios; y prefiero pagar en un estacionamiento para que me lo resguarden”.

El declive

Al revisar las estadísticas de nuevos contratos, se observa cómo el “monstruo” del declive se ríe en la cara incluso de las compañías con mayor trayectoria.

La sucursal tigrense del corretaje de seguros Segufae, con amplia experiencia en el área, da cuenta de que “el derrumbe” es cuestión de tiempo. Allí el saldo rojo habla de una caída de, al menos, 60%, y “el panorama no luce alentador”.

De acuerdo con las estimaciones de Roger Bello, de 10 afiliados, sólo cuatro continúan sus contratos, mientras que otros tres optan por la póliza RCV y el resto huye en veloz carrera, al conocer las tarifas.

Las estrategias de supervivencia marcan la diferencia entre bajar la santamaría o soportar la tormenta.

Dayana Cabrera, gerente de la cooperativa Protección Corp de Venezuela en El Tigre, comentó que las coberturas parciales se han convertido en la alternativa de algunos clientes.

Así lo certificó el comerciante Josua Arreaza, quien redujo la cobertura de su póliza en al menos 40%, a la espera de que la situación mejore más temprano que tarde.

De interés

Al margen de las deserciones de clientes en las aseguradoras, Jennifer Sifontes ha reportado igualmente una baja de solicitudes en la empresa especializada en RCV Multiplica Tu responsabilidad. Luego de tres años instalados en la zona sur de Anzoátegui, la encargada manifestó que el flujo de usuarios ha disminuido. “La semana pasada sólo vinieron cuatro personas y sólo una adquirió la póliza”.

FUENTE: DIARIO EL TIEMPO

25/09/2016

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