La diseminación de la tuberculosis y de otras infecciones respiratorias es muy común en las cárceles venezolanas debido al hacinamiento y a las paupérrimas condiciones en las que se encuentran los privados de libertad, así lo asegura Lorenzo Herrera, neumonólogo del Hospital de Clínica Caracas y profesor de neumología del Servicio de Medicina II del Hospital Vargas.
El experto explica que la luz solar al hacer contacto con la piel activa la vitamina D, ésta se encarga de generar una fuerte resistencia ante los bacilos de la tuberculosis. “Hoy en día esta vitamina se aplica en los tratamientos para aumentar la resistencia de los enfermos sobre todo los afectados con tuberculosis multirresistente que son cada día más frecuentes”, resalta Herrera.
El especialista asegura que los rayos solares eliminan los gérmenes que se encuentran en el aire y que su efectividad es de hasta 80%. Por esto afirma que los privados de libertad deben ser sacados al patio de las cárceles por lo menos una hora diaria.
“Los presos en el país están hacinados en un reducido espacio y esto contribuye a la propagación de la tuberculosis. Deben sacarlos al patio para que lleven sol. Esto permite que sea preservada su salud pues ahora hay muchos individuos privados de libertad y de luz, esto es alarmante pues todas las infecciones respiratorias se transmiten a través del aire”, puntualiza.
La tuberculosis es una enfermedad que afecta principalmente a los pulmones, aunque también se puede propagar a otras partes del cuerpo. Es una patología que se contagia a través de las gotas de saliva o del estornudo. Por esta razón el paciente debe ser aislado al ser diagnosticado.
Algunos de los síntomas son tos, dificultad para respirar, dolor en el pecho, fatiga entre otros.
Una propagación inevitable
El experto añade que los principales factores que disminuyen la inmunidad de las personas son la mala alimentación y el mal manejo de la sanidad ambiental. Estos elementos están presentes en las cárceles venezolanas por lo que es casi inevitable la propagación de enfermedades respiratorias.
A esto hay que agregarle la importancia del cuidado de los enfermos en las cárceles. Ante un caso de infección respiratoria deben ser aislados para evitar la contaminación del ambiente y, a su vez, suministrarle el tratamiento correcto.
Explica que ante este drama, se suma, las carencias en los productos biológicos. “En Caracas hay deficiencia de la vacuna antigripal. Antes llegaban entre septiembre y octubre pero llevamos dos años sin recibirla. Esta vacuna es importante ya que genera anticuerpos y disminuye enfermedades crónicas como neumonías o enfermedades infecciosas respiratorias altas y bajas”, argumenta.
FUENTE: EL UNIVERSAL
FECHA: 19 DE OCTUBRE, 2016