Así ha sido este 2018 para los pacientes con trasplante de órgano ya que en lo que va de año la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida) ha contabilizado 19 muertes por la falta medicamentos inmunosupresores en el Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss).

Noviembre ha sido el mes más crítico para las personas con esta condición. Solo esas cuatro semanas fallecieron seis pacientes trasplantados: Coromoto Condelles, José Peralta, Dayana Pérez, Leoriannys Vargas, Yasenka Alvarado y Emerita Caraucán.

Diciembre recién comienza, pero la ONG también da cuenta de los decesos de dos pacientes durante los primeros seis días del mes.

Reymer Villamizar, director de la ONG Amigos Trasplantados de Venezuela y miembro fundador de Codevida, indicó a Efecto Cocuyo que es difícil precisar si estos dos últimos fallecimientos que no figuran en el listado están relacionados directamente con la falta de medicamentos, pero destacó que ambos casos presentaron complicaciones gastrointestinales debido a los cambios en el esquema de tratamiento.

“El Seguro Social todavía no ha hecho entrega de los inmunosupresores. Los pacientes pierden sus órganos y caen en diálisis, pero no pueden dializarse correctamente por los problemas con el agua, la escasez de materiales, las fallas en las plantas de ósmosis o la crisis eléctrica“, detalló Villamizar. “Pasar de tener un trasplante a una diálisis es prácticamente una condena de muerte”.

Hasta la fecha, indica el director de Amigos Trasplantados de Venezuela, las ONG calculan que han fallecido más de 90 pacientes con problemas renales.

Las organizaciones ven con preocupación la severa escasez de inmunosupresores y de insumos para las diálisis, que en la mayoría de los casos impide que los pacientes reciban las cuatro horas de tratamiento que requieren para limpiar las toxinas acumuladas en la sangre.

“Seguimos a la espera de inmunosupresores y no hemos tenido respuesta del Ivss“, lamenta Villamizar, quien no es ajeno a la crisis de los trasplantados. Desde hace tres meses no ha recibido dos de los medicamentos que requiere para evitar que su organismo rechace el injerto. Ha logrado completar el tratamiento con donaciones de pastillas de pacientes que ya fallecieron.

Con información de Efecto Cocuyo

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