Las reiteradas fallas en el suministro de agua en sectores de Caracas no dejan otra opción. Los vecinos recurren cada vez con más frecuencia a los camiones cisternas para abastecerse, pero los precios varían entre 6 millones y 20 millones de bolívares dependiendo de la topografía de las zonas.

“En comunidades de Chacao, que llevaban dos semanas sin agua, tuvieron que llamar a estas unidades y les cobraron 6 millones por el servicio”, dijo Gabriel Santana, dirigente vecinal.

En los sectores de ese municipio el agua es casi inexistente, por lo cual el malestar de los residentes generó ayer una reunión entre el presidente de Hidrocapital, Edison Torrealba, y el alcalde Gustavo Duque, en la cual acordaron crear mesas de trabajo para tratar el tema.

“Después de la reunión comenzó el suministro en algunas zonas y se espera que en horas esté restablecido en todo el municipio”, informó Santana.

Hidrocapital adjudica el problema a los cambios de tuberías en ciertas localidades; sin embargo, vecinos dudan que ese motivo afecte a toda la ciudad.

“En Chacao la situación es caótica, ha ido en decadencia; ya no existe ni siquiera el absurdo cronograma. Es un irrespeto constante y una burla hacia la comunidad”, reclamó uno de los habitantes.

Residentes de Los Naranjos, municipio El Hatillo, denunciaron que los camiones cisterna han cobrado 20 millones de bolívares por el servicio. Sin embargo, los conductores se defienden.

“Nosotros les prestamos el servicio a las comunidades, pero hay sectores como Los Naranjos a los que preferimos evitar por lo difícil del acceso; los camiones tienen más de 30 años y las subidas los matan”, manifestó Marcos Briceño, presidente de la Asociación Cuatro Polos.

Esta organización, integrada de 36 camiones, se abastece en el vertedero de la Cota Mil para atender principalmente al este de Caracas. Cada cisterna tiene capacidad para 10.000 litros de agua.

Otra de las afectadas por el corte del suministro es la parroquia El Paraíso, en el oeste de la ciudad. En su sede de Hidrocapital, donde se abastecen las cisternas, no había camiones.

“No hay agua y no estamos funcionando. Acá solo hay trabajadores de seguridad” fue la respuesta de uno de los empleados del sitio que cerraba la reja del lugar.

Personas, con tobos en las manos, recorrían las calles de El Paraíso con un objetivo común: conseguir agua. Dos niños, con un par de pipotes, se lanzaron sobre una manguera de los bomberos de la zona, en la avenida José Antonio Páez y tampoco hallaron el líquido.

Situación similar viven los residentes de Caricuao. Los racionamientos pautados para jueves y domingos suelen extender lo estipulado. En estos días es común ver en las calles a personas caminar con tobos en las manos. “Desde hace dos días la cortaron y ya no tengo agua ni en la nevera. Tampoco han informado nada”, manifestó un vecino.

Publicado por El Nacional
17/04/2018

Ir a la barra de herramientas