Completar el procedimiento para recibir medicinas mediante el sistema 0800-SaludYa no es apto para pacientes con urgencias. El servicio, a través del cual el gobierno entrega medicinas subsidiadas, puede demorar hasta cuatro meses en entregar los fármacos, que en muchos casos no alcanza para cubrir los tratamientos.

La irregularidad en la distribución de medicinas no distingue entre patologías, cantidad o procedencia de los productos. Usuarios denunciaron que los retrasos del sistema están presentes en todas las fases; desde el registro hasta el retiro de la asignación.

«Para que caiga la llamada puedes tardar tres semanas. Luego hay que esperar más de dos meses para que avisen si está disponible el medicamento y unas dos semanas más para que te dé lugar y fecha para el retiro», relató Carmen Moreno, de 54 años de edad y con diagnóstico de diabetes tipo II desde hace 30 años.

Por su condición, Moreno requiere de una dotación constante y fluida de Glucofage, o de su componente activo. A los 10 años de sobrevivir con diabetes, le sobrevino una hipertensión para la que le fue prescrito una pastilla de Losartán de 50 miligramos diariamente.

Conseguir ambas medicinas en 0800-SaludYa (0800-725.83.92), ha sido casi imposible para Moreno en los dos años que ha usado el servicio. En ese tiempo apenas le han entregado los insumos en cuatro ocasiones, con medicinas que solo cubren dos meses de tratamiento.

«Gracias a lo que me envían mis hijos he sobrevivido. Porque con lo de la pensión no me alcanza», agregó respecto a tres de sus cuatro hijos que emigraron hace casi dos años a Perú y Chile.

Barrio afuera

Pese a que desde su lanzamiento, en octubre de 2017, se estableció que el beneficio se entregaría por intermedio de los módulos de Barrio Adentro, actualmente esto no se cumple. Muchos de los beneficiarios deben realizar viajes a otros estados, para recibir las medicinas por la poca disponibilidad en las regiones.

«A veces avisan con muy pocos días de anticipación y con los problemas de transporte y efectivo, hay que planificar con tiempo los viajes. Así es imposible», reprochó Alberto Blanco, de 48 años de edad, paciente hipertenso y quien padece de asma desde hace más de 20 años.

En la mayoría de los casos la entrega no se concreta en los llamados CDI (Centro de Diagnóstico Integral) o en los consultorios de atención primaria de la Misión Médica Cubana, porque estos centros de salud están cerrados.

La indisponibilidad de medicamentos no afecta solo la entrega de tratamiento para enfermedades crónicas. Acceder a medicinas esenciales o de uso común, como antipiréticos o antibióticos, también presenta retrasos.

Retrasos

En el caso de mujeres embarazadas, a quienes se incluyó en el relanzamiento del programa de 2018, la demora es intermitente. Ácido fólico, suplementos de hierro y complejos vitamínicos llegan cada tres meses.

En las 36 semanas de gestación las beneficiarias apenas alcanzan a recibir dotación para lo equivalente a tres meses. Para muchas, ni la gratuidad de los fármacos atenúa la deficiencia que implica la larga espera.

«Nunca me llegó completo, me entregaban dos cajas de ácido fólico un mes y dos meses después llegaban las vitaminas. Era más la pérdida de tiempo que el beneficio», reclamó Alberlys Camacho, recién convertida en madre a sus 21 años de edad.

El 0800-SaludYa lo maneja de forma directa el Ministerio de Salud. Se inauguró durante la gestión del exministro Luis López. El método de registro y entrega de fármacos se realiza a través de la plataforma del llamado carnet de la patria.

Todo aspirante a recibir dotación alguna de medicinas debe poseer el carnet y registrarse con el número de cédula. El requerimiento se ingresa a un sistema, en donde luego de verificar disponibilidad y necesidad del solicitante, se asigna un lugar para su retiro.

Los productos, traídos de Cuba, China, Rusia e India, funcionan. Aunque en ninguno de los casos poseen registro sanitario que garantice que fueron revisados para validar que sean aptos para ser consumidos por la población venezolana. La cura llega tarde y sin garantías de calidad, higiene y seguridad.

Con información de El Pitazo

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