Desde hace un año Yusbely Galíndez, enfermera, ha hecho maromas con el presupuesto de su hogar debido al bajón que han tenido las remesas enviadas por su hija desde Lima, Perú. La mujer antes de la pandemia percibía 100 dólares mensuales con los que podía pagar el mercado y algunos servicios. En la actualidad sólo recibe 30 dólares que a duras penas le alcanzan para adquirir el 9% de la Canasta Alimentaria Familiar, que según el CENDAS llegó a 281,9 dólares en febrero. A pesar que la migración venezolana ha aumentado en plena pandemia, las remesas han tenido una caída del 56% en el último año según Ecoanalítica, debido en gran parte a la paralización que han tenido las economías de Latinoamérica, que hoy enfrenta la segunda ola de coronavirus, razón por la cual los recursos enviados por venezolanos en el exterior ya no ayudan a mantener a familias enteras en el país, se han convertido sólo en un complemento para los gastos diarios pero se han alejado en ser un verdadero oxígeno para la clase media y baja de Venezuela.
«Desde que inició el año abandoné mi profesión de enfermera para dedicarme a ser peluquera, gano más y puedo comer mejor», soltó Galíndez explicando su situación. La mujer cobraba un sueldo por el Ministerio de Salud como licenciada en enfermería equivalente a cuatro millones de bolívares al mes, o dos dólares, mencionó que su hija en Perú se ha quedado sin trabajo en tres ocasiones, cada vez que imponen estrictas cuarentenas en ese país, y lo que logra ganar allá básicamente le alcanza para pagar alimentos y alquiler, por eso las ayudas a su familia han mermado.
Asdrúbal Oliveros, director de Ecoanalítica contó a LA PRENSA DE LARA que el 45% de la población recibe remesas, lo que representa que 2 millones 800 mil hogares venezolanos están recibiendo algún tipo de ayuda de venezolanos en otras naciones. En 2019 Venezuela recibió 3.700 millones de dólares por concepto de remesas y en 2020 tan sólo 1.600 millones de dólares.
«Este año esperamos un aumento en las remesas del 25%, eso es equivalente a unos 2.400 millones de dólares. Las remesas dependen del comportamiento de la economía global y en la medida que la economía global avance por el proceso de vacunación, empiezan a establecerse ciertos elementos para la normalidad», apuntó.
Las remesas representan en la actualidad el 5% del Producto Interno Bruto (PIB) de Venezuela, y mueven buena parte del consumo interno. «La caída que han tenido las remesas en el último año, tiene que ver por la situación de la economía de los otros países, la mayoría de los venezolanos estaban empleados en el sector de los servicios y este fue uno de los sectores más afectados por los confinamientos decretados en el hemisferio. Adicionalmente una buena parte de los venezolanos en el exterior trabaja en la informalidad o están subempleados, en condiciones de crisis son las personas más afectadas», resaltó.
Indicó como tercer factor determinante, el hecho de que las naciones de Latinoamérica se han preocupado poco por destinar programas de ayuda social para los inmigrantes venezolanos. Solo Chile desde este año ha destinado un bono mensual para los migrantes criollos que han quedado desempleados equivalente a 700 dólares mensuales.
«Desde octubre de 2020 mi esposo me está enviando tan sólo 44 millones de bolívares (22 dólares), cada 30 días en remesas, cantidad que no me alcanza para los gastos esenciales de mi hija de dos años, solamente el presupuesto para darle un tetero diario a base de maicena, leche y azúcar representan alrededor de 30 millones de bolívares», indicó Morela Espinoza, educadora, alegando que debe vender helados y tortas en su hogar para rebuscarse y pagar las cuentas.
«Hoy están viviendo de las remesas en Venezuela básicamente madres y abuelos. Principalmente las personas de la tercera edad que están recibiendo estos recursos son quienes quedaron solos o a cargo de nietos», comentó José Guerra, economista y representante del Observatorio Venezolano de Finanzas de la Asamblea Nacional. Los trabajadores del sector público que devengan un sueldo de menos de un dólar al mes también dependen en buena medida de las remesas.
Guerra informó que la mayoría de las personas que reciben remesas en Venezuela, cuentan con montos que van desde los 80 hasta los 100 dólares mensuales, 50% menos que lo que recibe el promedio de países pobres de América Latina y el Caribe, que oscila entre un ingreso mensual de 212 dólares en pandemia, según el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). Ciudadanos que viven en El Salvador, por ejemplo, con familiares en Estados Unidos reciben cerca de 400 dólares al mes por concepto de remesas.
Desigualdad social va en aumento
El economista Jesús Casique, director ejecutivo de Capital Market Finance, indicó que la migración forzosa que ha registrado Venezuela desde 2014, ha provocado una desigualdad mayor en la sociedad, porque cerca de un 40% de los venezolanos cuentan con el oxígeno de las remesas para poder alimentarse, vestirse, pagar algunos gastos médicos o hasta parte de la educación de algunos menores de edad que quedaron en el país a cargo de abuelos o familiares. El otro 60% de los venezolanos no recibe estas ayudas y viven básicamente de un sueldo en bolívares que no les permite surfear la ola de la hiperinflación, que ya contabiliza 39 meses consecutivos en el país.
«Hay una gran desigualdad, algunos venezolanos pueden recibir 100 dólares al mes en remesas, pero otros reciben hasta 500 dólares y son quienes están más holgados en el país», resaltó. La cantidad enviada por venezolanos en el exterior depende de la estabilidad laboral que puedan tener los connacionales que hoy viven en países como Colombia, Chile, Perú, Ecuador, Panamá y Estados Unidos, nación donde los migrantes pueden ganar un mejor salario.
«Esta realidad ha llevado a los venezolanos a vivir en un bajo nivel de calidad de vida. Solo basta analizar cómo ha caído la producción de productos terminados en el país en los últimos siete años, a pesar de eso los anaqueles en los supermercados y abastos se mantienen surtidos, esto se debe a que no hay el suficiente poder adquisitivo para que los venezolanos puedan alimentarse. La pandemia ha ocasionado también que los venezolanos en el exterior se queden sin empleo, o que laboren en condiciones precarias, lo que está afectando el sostenimiento de sus familias», comunicó.
Apuntó que la subida escalonada de los precios de los productos y servicios, por las erradas políticas del gobierno nacional de financiar el déficit fiscal con la emisión de dinero sin respaldo en las reservas internacionales que realiza el Banco Central de Venezuela (BCV), ha hecho que cerca del 80% del país busque ganar ingresos en dólares.
Inflación devora las remesas
Yurbis Prado es buhonera en el mercado El Manteco en Barquisimeto y comentó que desde hace cuatro años su hijo vive en Perú y la ayuda enviándole algo de dinero. «Desde octubre del año pasado lo que me puede mandar mi hijo son 120 soles, que al cambio serían unos 30 dólares, eso no alcanza para mucho en este país, pero él me dice que con ese monto en la ciudad de Trujillo donde se encuentra, puede hacer un mercado para dos personas que dure un mes.
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Con información de La Prensa de Lara