Sin quirófanos aptos, sin ascensores y con menos de diez camas de hospitalización se encuentra el Hospital Central de Maracaibo. Múltiples fallas lo ponen en riesgo a sus 412 años de historia: el cierre de espacios por daños de infraestructura, la ausencia de equipos y la falta de personal afectan cada día el funcionamiento de uno de los hospitales más antiguos del país y de Latinoamérica.

“El hospital está acabado. No tenemos planta de hospitalización, los ascensores están dañados, no tenemos quirófanos aunque hay pacientes que pagaron para arreglar el aire. No hay monitores en los pabellones y no hay insumos”, expresa uno de los trabajadores del centro de salud, quien prefirió el anonimato.

El hospital contaba con entre 60 y 80 camas de hospitalización, repartidas en dos plantas. Cada planta tenía diez cuartos y en cada uno había cupo para tres o cuatro pacientes, pero ya ninguna de las plantas está operativa.

“Donde era la observación antes, había una filtración y cayó un techo encima a los pacientes. Luego solo quedó Ginecología y la parte de Traumatología”, añade. En la actualidad, la sala de Traumatología es lo único que funciona como área común de hospitalización: “Redujimos de 80 camas a solo 8 camas disponibles más Ginecología”.

La sala de observación donde se cayó el techo todavía está inoperativa

El área de Ginecología sigue haciendo cesáreas y cirugías de emergencia, pero ya no se realizan cirugías electivas. “Hacen cesáreas porque no las pueden parar. Las mujeres van a parir. Tienen un ‘pabellón de guerra’ sin agua y queda en un área cerca de la sala de parto”, indica el trabajador.

Hace cuatro años había cuatro quirófanos con dos enfermeras cada uno, monitores y todos los instrumentos necesarios para operar en el Hospital Central de Maracaibo. Sin embargo, en la actualidad ninguno está completamente apto: hay filtraciones, no cuentan con suficientes monitores, oxímetros de pulso y lámparas e incluso las mesas quirúrgicas no sirven. Los aires acondicionados también fallan.

Cuartos de hospitalización en la planta 2 están oscuros y abandonados

Para poder hacer cirugías, tenían que recolectar los equipos que quedaban de cada área. “Sacaban de uno el capnógrafo, el oxímetro de pulso y así iban armando el pabellón, pero todo se dañó”, dice el trabajador.

Hay pacientes que acumulan hasta ocho meses de espera para una operación y muchas veces se les pide que arreglen las fallas del hospital para poder someterse a una cirugía. “A los pacientes les han dicho ‘compra las correas de la planta eléctrica y te operamos’“, resalta. Un paciente arregló la planta, pero nunca se logró operar. Además, la falta de personal también ha impedido que se planifiquen cirugías.

Pasillos cercanos a las áreas de hospitalización que quedan abiertas están a oscuras

Desde hace tres años, el Hospital Central de Maracaibo tampoco cuenta con servicios de apoyo diagnóstico: no hay rayos X. Además, los ascensores están dañados. “A los pacientes los suben alzados o en silla de ruedas o en tablas. Ninguno de los ascensores sirve desde hace dos años”, denuncia el trabajador.

Otro de los problemas es la intermitencia del suministro de agua: pueden pasar hasta cinco días sin agua. Cuando llega, solo la ponen dos veces al día y deben almacenarla en potes. Incluso los pacientes han tenido que llevar agua por su cuenta.

Pacientes deben ir por las escaleras desde Urgencias hasta Observación

“Tenemos una pimpina de agua para el baño y a veces se pide a los pacientes que traigan el agua”, añade. “Con baños inoperativos, si llega un paciente con un cuadro entérico (digestivo), hay un solo baño común para todos los pacientes y para el público general. Van a un baño donde no hay agua. Parece una película de terror”.

Aunque no atienden pacientes diagnosticados COVID-19, están desprotegidos: su propio director falleció por COVID-19 pero desde el inicio de la pandemia, casi no han entregado mascarillas a los trabajadores y al personal de mantenimiento le ha tocado limpiar sin guantes.

Dejan abiertas las neveras de la morgue para que no se concentre el olor, pero se esparce por las cercanías.

Con información de Efecto Cocuyo

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