El edificio de Consulta Externa en el Antonio María Pineda luce repleto. Pacientes esperando a ser atendidos, gente sentada en el piso porque no hay suficientes sillas y un pregonero recorriendo de un lado a otro el mismo pasillo intentando vender periódicos o pasatiempo, en fin, un día normal en la emergencia.
Nadie habla sobre lo lento del servicio, nadie se queja porque va a pasar todo el día en la institución para recibir un chequeo pues todos saben que no hay suficientes médicos para cubrir la demanda.
Un poco más adelante, en el servicio de reumatología, otra cola se forma. Allí hay 20 personas que deben esperar con paciencia su turno pues sólo hay un médico para atenderlos a todos. “El servicio es muy bueno pero el día se pasa lento. Las colas son interminables”, dice Ruddy Bracho, una mujer de 62 años que es atendida cada tres meses en la institución.
La realidad vivida en estos dos servicios se replica en las 26 consultas que hacen vida en el Hospital Central y es que, la ausencia de personal especializado, marca la pauta en el recinto.
Según los números que maneja el Colegio de Médicos en el estado un total de 2 mil 559 especialistas, de los 9 mil 529 agremiados, se han ido del país en el 2018. Dicho de otra manera, Lara ha perdido el 30% de sus médicos en un lapso de nueve meses.
De verdad que da tristeza lo que se está viendo en nuestros hospitales. Cada vez hay menos especialistas y eso es algo que preocupa. Los enfermos se están quedando sin atención y eso es grave”, dice el doctor René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en Lara.
Lo que más preocupa al directivo gremial es la poca respuesta que muestra el Gobierno nacional para evitar la diáspora en los hospitales.
Las autoridades lejos de cuidar a los médicos los echan. En los hospitales se crean las condiciones para que nuestros especialistas se vayan”, dijo.
Las estadísticas manejadas por el Colegio de Médicos en Lara revelan que las especialidades que requieren de insumos importados son las que cuelgan la toalla con mayor facilidad. Odontología, por ejemplo, se ha quedado sin espacios en la red pública mientras que en el sector privado es cada vez más complicado trabajar.
Oneida Davis, presidenta del Colegio de Odontólogos en Lara, asegura que, en lo que va de año, más de 250 especialistas se han ido del país porque no tienen cómo ejercer. “Todo lo compramos en el mercado negro y con dólar paralelo. Lo único nacional que usamos en nuestros consultorios son las servilletas”, dice.
La representante gremial considera “injusto” lo que está pasando con la odontología en la región y denuncia que centros emblemáticos como el Antonio María Pineda han cerrado sus puertas porque no hay materia prima para trabajar. “Lamentablemente hemos caído en una crisis que nos ha condenado. No tenemos cómo atender a nuestros pacientes”, confiesa Daivis.
Con información del diario La Prensa de Lara