Los costos de las matrículas y las mensualidades de planteles privados descuadraron las cuentas a más de una familia venezolana. El nuevo año escolar 2016-2017 aún no ha empezado y ya los gastos en útiles, uniforme, comida y colegio, representan un verdadero reto, tanto para padres y representantes como para los hijos.

La apretada situación económica ha producido una migración en el sistema educativo venezolano: Quienes no pueden permanecer en el colegio privado han pasado a uno de la red de escuelas subvencionadas o a otro en la red pública. Así lo confirmó Nancy Gómez, presidenta de la Asociación Nacional de Institutos Educativos Privados (Andiep).

De acuerdo con Gómez, la migración a colegios públicos que se procesó en los registros de las escuelas afiliadas a la asociación fue poca. “Casi todos los institutos tienen su población completa. De planteles de mil alumnos, nos decían que solo dos o tres habían dejado su cupo para irse a una escuela pública“, dijo.

Sin embargo, de acuerdo con un estudio realizado por la consultora More Consulting publicado el pasado viernes 9 de septiembre, de un total de 767 representantes encuestados, 17,5% dijo que tendría que inscribir a sus hijos en un colegio público ante la imposibilidad de costear una institución privada.

El sondeo, para el que se encuestó a una población de distintas regiones del país, arrojó que 54,8% de los padres mantendrían a sus niños en escuelas privadas o subvencionadas, así la decisión implique sacrificar otros gastos para asumir el costo.

Gómez apuntó que en las escuelas afiliadas a la asociación también se registró una migración a otros planteles más económicos. Sin embargo, destacó que los padres se han dado apoyo para preservar la comunidad escolar en una situación económica tan comprometida.

“Han sido solidarios unos con otros. Han dado donaciones y ofrecido becas para que otros niños puedan seguir estudiando en sus escuelas”, dijo sobre algunos casos que se han registrado en planteles de Caracas y Nueva Esparta.

Sin embargo, la presidenta de Andiep precisó que la migración más alta que se ha registrado no ocurre dentro del sistema educativo venezolano, sino afuera. “En nuestras escuelas ubicadas en grandes ciudades y con familias de clase media y media alta se ha registrado una migración que se ubica entre 10% y 15%”, agregó.

El proceso de adaptación

Este tipo de cambios, explicó el psicólogo Carlos Eduardo Pérez, conllevan una transición que depende de la etapa escolar en donde se encuentre el afectado. La migración suele golpear menos a los más pequeños, entre el primer y el tercer grado, pues son más flexibles. A los adolescentes les cuesta más enfrentar el proceso de adaptación, indicó.

“Para los adolescentes está el tema de los amigos, la dinámica diaria, los espacios que conocen. Saben que van a cambiar los horarios, los profesores, las técnicas de evaluación y eso les genera miedo”, dijo Pérez. “En educación media es un proceso más complicado porque hay que acompañar mucho más al joven, hay que explicarles por qué se están tomando estas decisiones y darle un trato más horizontal”.

Frente a esta situación, el psicólogo sugiere buscar espacios en donde los jóvenes puedan compartir fuera del colegio. Entre ellos mencionó las comunidades religiosas, los scouts y los equipos deportivos, esto a manera de fortalecer las áreas que no ofrece la educación pública.

En el caso de los más pequeños, Pérez también recomienda acompañar a los de cuarto y sexto grado en el proceso de adaptación, pues indicó que los preadolescentes se pueden enfrentar a un medio más hostil en la escuela privada, donde suelen estar más presentes los temas de la sexualidad y las sustancias ilícitas.

“Esta es una de las cosas más difíciles que tienen que afrontar los papás. En las escuelas públicas hay más libertades y los niños no están tanto bajo la supervisión de adultos ni maestros“, dijo.

Sugirió también reforzar el apoyo académico desde casa para compensar las deficiencias que pudiese haber en la escuela. “Los colegios públicos no siempre utilizan estrategias innovadoras ni tienen herramientas para enfrentar a un joven que viene con una preparación más avanzada. Eso puede afectar el proceso de desarrollo de habilidades en el niño”, explicó Pérez.

El psicólogo recomendó a los padres buscar otras formas de estimular el aprendizaje en los niños de primaria mediante el uso de juegos de mesa y de Internet, especialmente a aquellos que cursan primero, segundo y tercer grado, en donde se enseñan las operaciones básicas de matemáticas y las estructuras gramaticales.

FUENTE: EFECTO COCUYO

13/09/2016

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