Desde hace unos tres meses el insumo tarda más en llegar a las industrias. La Asociación Venezolana de Molinos de Arroz explica en entrevista a Crónica.Uno que el suministro de gas licuado del petróleo lo necesitan para los montacargas. El sector también produce menos de su capacidad instalada debido a la caída del consumo.
Las industrias de arroz de mesa y de harina precocida de maíz empiezan a verse afectadas por la escasez de gas licuado que requieren en algunas de sus operaciones. El sector petrolero venezolano atraviesa baja producción, sanciones y una infraestructura deficiente que ha agudizado la falta de diversos hidrocarburos en el país. Los productores de alimentos no escapan de esa situación.
Desde hace unos tres meses el insumo tarda más en llegar a las industrias. Rubén Morales, miembro de la junta directiva de la Asociación Venezolana de Molinos de Arroz (Asovema), explica en entrevista a Crónica.Uno que el suministro de gas licuado del petróleo (GLP) lo necesitan para los montacargas. “Hace meses hay una escasez importante de gas licuado. En los últimos meses fallaban más los pedidos que teníamos que recibir de GLP”, dice.
Petróleos de Venezuela (Pdvsa) controla la venta de gas licuado. La escasez del GLP es de 60 %, de acuerdo con una investigación hecha por Crónica.Uno. El déficit está asociado a la pérdida de riqueza del gas en la zona norte del estado Monagas, falta de inversión en la industria y caída de producción de crudo y gas asociado desde 2008 en el lago de Maracaibo, estado Zulia.
Como el resto de las industrias del país afectadas por la recesión económica de los últimos siete años y la pérdida de poder adquisitivo de la población, los fabricantes de arroz y de harina precocida de maíz no operan al máximo de su capacidad instalada. La caída del consumo ha llevado al sector a operar con una capacidad ociosa que también genera pérdidas.
El vocero señala que trabajan muy por debajo de la capacidad instalada debido a que “el consumo ha caído mucho”. El nivel de producción de este año dice que es muy parecido al de 2019. La capacidad instalada para producir arroz de mesa es de 100.000 toneladas, de eso la industria apenas produce alrededor de 30.000 al mes, lo que deja una capacidad ociosa de 70.000 toneladas.
En el caso de la harina de maíz precocida, que se usa para preparar arepas, la capacidad instalada es de unas 90.000-100.000 toneladas al mes. Actualmente el mercado produce unas 50.000 toneladas al mes de harina de maíz precocida, según cifras de Asovema.
El consumo privado cayó 63,03 % entre el primer trimestre de 2013 y el mismo período de 2019, de acuerdo con datos reportados por el Banco Central de Venezuela. La crisis económica ha provocado en las empresas una disminución en la demanda de bienes y servicios, por ejemplo, 79 % de la población no puede costear alimentos, revela la última Encuesta sobre Condiciones de Vida en Venezuela.
El 21 de octubre Asovema y la Asociación Venezolana de Industriales de la Harina de Maíz (Venmaíz) emitieron un comunicado en el que alertan a las autoridades acerca de las consecuencias de imponer aranceles de hasta 20 % a las importaciones de maíz y arroz paddy, luego de que fuera anunciado por Nicolás Maduro.
Actualmente, el arancel de esta materia prima es de cero. Morales señala que en el anuncio el mandatario mencionó que sería hasta de 20 %. Hasta ahora no ha sido publicado en Gaceta Oficial, pero temen que esto encarezca la materia prima y perjudique a los consumidores venezolanos.
La importación de productos terminados es un problema que advierte la industria desde el año pasado. Asovema refiere que en estos dos rubros la situación ha mejorado y que hoy tanto el precio de venta de arroz como el de harina precocida de maíz es bastante competitivo si se compara con los precios internacionales. Un kilo de harina de maíz puede costar en los establecimientos alrededor de $1,20.
“Por tres meses se le impuso aranceles a la importación de arroz terminado y eso ayudó. Muchos de estos productos entran informalmente por Brasil o Guyana. Ingresan sin pago de aranceles, sin registros sanitarios ni código de Sencamer. Pasan tranquilamente por todo el país”, expresa el representante de Asovema. Un problema con el que deben lidiar las pocas marcas que siguen en el país.
La pandemia no ha golpeado tan fuerte a la industria de alimentos, que ha contado con permiso para trabajar estos meses. Hasta ahora indican que todo el transporte es por gasoil y que han contado con suministro para trasladarse en el país. A diferencia de la gasolina, que sí escasea con más fuerza este año. En cuanto a las importaciones, mencionan que no han enfrentado restricciones importantes, aunque sí se han incrementado los costos internacionales de flete.
El arroz y el maíz son dos rubros deficitarios con respecto a la producción agrícola. El país solo produce 40 % de lo que requiere el mercado actual. El otro 60 % debe ser importado.
Para Asovema y Venmaíz trabajar a estos niveles, al no aprovechar toda la capacidad instalada, los hace ineficientes, debido a que cuando encienden las plantas estas consumen a una capacidad mayor: “Esos costos fijos te presionan y estas industrias trabajan con márgenes muy pequeños. Además, siempre estamos amenazados por el poder adquisitivo del venezolano, que cada vez está más golpeado”.
Con informaciòn de Crònica Uno