El primer mes del año termina, entre muchas otras cosas, con el aumento sobre las tarifas del transporte terrestre en la capital. De acuerdo con la Gaceta Oficial N° 41.805, emitida el 22 de enero, las rutas internas que recorren menos de 20 kilómetros costarán 3.500 bolívares; más de eso, 5.000. Mientras que las líneas privadas de rutas periféricas de menos de 20 kilómetros se fijaron en 5.000 bolívares y las que superen esa distancia, 6.000.

Los usuarios más afectados son quienes trabajan o estudian en Caracas, pero viven al margen en lugares como Guarenas, Guatire, La Guaira y El Junquito. Aunque el Ministerio de Transporte, a través de la oficialización del aumento, insistió a las autoridades locales supervisar y garantizar las tarifas establecidas, la mayoría de los conductores de las rutas largas incrementa los costos de forma arbitraria, pero, según los usuarios, lo que hace el día a día más difícil es la irregularidad del servicio, lo que se traduce en horas de espera para regresar a casa.

El 8 de enero, Érika Farías, alcaldesa del municipio Libertador, llegó a la zona con 12 autobuses amarillos, como los escolares, con una capacidad para 60 personas cada uno. Según Farías, más de 7.000 pasajeros se beneficiarían con un servicio que funcionaría desde las cinco de la mañana hasta las 10 de la noche.

Los usuarios más afectados son quienes trabajan o estudian en Caracas, pero viven al margen en lugares como Guarenas, Guatire, La Guaira y El Junquito. Aunque el Ministerio de Transporte, a través de la oficialización del aumento, insistió a las autoridades locales supervisar y garantizar las tarifas establecidas, la mayoría de los conductores de las rutas largas incrementa los costos de forma arbitraria, pero, según los usuarios, lo que hace el día a día más difícil es la irregularidad del servicio, lo que se traduce en horas de espera para regresar a casa.

Ahorrar tiempo sale caro

En la parada del Sistema Integral de Transporte Superficial (Sitssa), ubicada en Gato Negro, en la avenida Sucre de Catia, el pasaje hasta Catia La Mar, Caribe y Tanaguarena, en La Guaira, costaba 5.600 bolívares. A partir del lunes 27 de enero se fijó en 13.500. Para Michael Hurtado es la opción más económica, frente a las líneas privadas que cobran, por lo menos, 20.000.

Michael gasta 135.000 bolívares cada semana para poder viajar a Caracas para trabajar y regresar a su casa en Tanaguarena. Son 135.000 frente a un salario mínimo fijado en 350.000 a partir del 1° de enero por decreto presidencial. Aunque su trabajo como peluquero le permite costear eso, sabe que, si tuviera que pagar los 20.000, 25.000 o 30.000 que pueden cobrar los conductores de las líneas privadas, sería diferente.

Con información de El Pitazo.

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