Los venezolanos estaban acostumbrados a destinar sus bonificaciones salariales de fin de año a  comprar regalos, arreglar la casa, adquirir  electrodomésticos, hacer hallacas,  ahorrar o incluso cancelar la cuota inicial para un carro; pero la situación económica ha cambiado tanto, que la gran mayoría de los trabajadores deberán destinar sus utilidades a obtener comida.

Ángel Nieves, un trabajador del Consejo Legislativo del estado Miranda (Clemb), precisó que en el 2013, lo que cobró en navidades, que fue menos comparado a lo que percibió este año, le alcanzó para cubrir “todo”, tanto ropa, gastos navideños y renovar la pintura de su casa. “Ahora ese dinero es para cubrir pocas deudas y para comida”.

Una situación similar es la de Laura Schiapa, también funcionaria pública, quien recuerda que en el 2014 con una parte del pago que recibió para la temporada decembrina, remodeló su cocina con granito. “Con 10 mil bolívares lo hice, y fue con la primera parte de los aguinaldos”. Ahora con jocosidad señala que este año el bono de Navidad no le alcanza “ni para una cucharilla”, ya que lo ha tenido que destinar para adquirir alimentos y pagar tarjetas de crédito.

Por su parte, Roxana Hernández, también los utilizó para la cancelación de tarjetas, pero sobre todo para la alimentación, “aquí todo el mundo te va a responder lo mismo”, dijo. “Yo los gasté en comida e igual no alcanza el dinero”, indicó Trina Hernández, compañera de Roxana.

Y es que algunos venezolanos, además se las ven difíciles para gastar tanto en alimentos como en juguetes para sus hijos, este es el caso de Carolina Díaz, una promotora, que antes de llegar diciembre, ya había invertido todos sus aguinaldos en comprar alimentos, un regalo para su hija y dos pares de zapatos.

“Casi todo se fue en comida. A veces no hay nada en la casa. Esto cada día es más difícil. Tengo un sobrino que me contó que no le pediría nada al Niño Jesús, porque dice que no le va a traer nada, que va a traer es comida. Ya la Navidad no es como antes”, lamentó Díaz.

Mientras que un trabajador de la Alcaldía de Guaicaipuro, quien no quiso revelar su identidad, dejará de hacer hallacas, para que sus hijos tengan regalos y estrenen ropa nueva. “También los gastaré en comida. Es mentira que me voy a comprar ropa para mí”. Ruth Tovar, coincide con el resto de los entrevistados, en cuanto a la adquisición de rubros alimenticios, sin embargo, ella también los invirtió en medicinas “del mercado negro” para sus padres quienes sufren de Parkinson. “100 pastillas de tratamiento de mi mamá, costaron 100 mil bolívares”.

El diputado y economista José Guerra afirma que a causa de la inflación, que a su juicio cerrará este año en un 700% y que el próximo año podría alcanzar el 1000% “entrando fácil a una hiperinflación”, la capacidad adquisitiva de la población ha mermado “sustancialmente”. “Con la magnitud de la inflación con tres meses de utilidades no se compra nada. Este año los aguinaldos sirven para comida y artículos de higiene personal. Habrá muy pocos regalos”, asegura.

La visión del también Presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional coincide con la del secretario para el Progreso Económico de Miranda y administrador financiero, Raúl López, quien apunta que “lamentablemente” en muchos hogares no habrán regalos este año, dada la situación económica venezolana, la cual señala que se ha venido acentuando desde los años 2012 y 2013.

López explica que hace unos años el ingreso navideño alcanzaba para comprar línea blanca o completar la cuota inicial para un vehículo. Recuerda que en el 2013, los trabajadores podían acceder a un televisor HD de pantalla LED. “Actualmente es imposible adquirirlo. Además, hoy una nevera cuesta de un millón hasta dos millones de bolívares. ¿Quién cobra en aguinaldos un millón o algo cercano? Para cobrar esa cantidad, una persona debe tener un salario por encima de 150 mil bolívares al mes”, dice.

Cero ahorros

En Venezuela, las personas acostumbraban a reservar partes de sus aguinaldos para algún imprevisto que pudiera presentarse en el futuro. Guerra desestima esta costumbre y advierte que cualquier ahorro “se lo traga la inflación”. Mientras que López, recomienda invertir el dinero en bienes o aparatos tecnológicos.

“La inflación se lo come todo. Sé que suena difícil pero las personas si tienen la posibilidad deberían endeudarse para la adquisición de algún bien, que lo hagan, porque a la vuelta de la esquina, se va a incrementar el precio de manera importante”, finalizó.

FUENTE: PRENSA MIRANDA / DANIELA MOROS

INFOGRAFÍA / LEONARDO DELGADO

Los Teques, 22/11/16

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