En los últimos tres años, 13 aumentos salariales autorizó el Ejecutivo nacional con la misión de “proteger el poder adquisitivo” de los venezolanos; pero sin resultados satisfactorios. Hoy, el índice de precios al consumidor —según cálculos extraoficiales de la firma Ecoanalítica— supera el 300% y con signos de encaminarse a la marca histórica de los 700 puntos para final de año.

Los datos del Banco Central de Venezuela (BCV) dan cuenta que en 2013 el índice se situó en 56,2%; en los siguientes períodos comenzó un “sprint inflacionario” alcista difícil de controlar: 68,5% (2014), 180,9% (2015) y en el año en curso, a pesar de no contar con cifras oficiales, la variación mensual se calcula entre 20% y 25%.

En este sentido, las cifras  revelan que el “sueldo mínimo” también mantuvo una escalada ascendente. Pasó de 2.457 bolívares hace tres años a un nuevo tope de Bs. 22.576, lo que se traduce en un incremento del 818% (más de 20.000 bolívares).

Los números además reflejan que entre 2013 y 2014, los aumentos del salario mínimo se “acercaron” a la inflación registrada. La mayor distorsión se observó en 2015, cuando se aprobaron cuatro ajustes (+97%) y el índice de precios se duplicó (180,9%); mientras que en el año en curso ya van tres incrementos —que suman 130%—, pero la inflación acumulada (hasta junio) y reportada extraoficialmente supera el 300%.

El sprint inflacionario y de salarios colocan más liquidez en el mercado justo en el período de mayor crisis de abastecimiento de productos que se recuerde, de 2013 a 2016.

Con un aparato productivo nacional limitado y el Ejecutivo golpeado por la caída más larga de precios del petróleo, que minimiza la capacidad importadora del Gobierno, el trío abastecimiento-inflación-liquidez (por ajustes salariales) entra en acción.

Solo en materia de importaciones, se proyecta una caída de 77% para finales de año, según la firma Torino Capital LLC. Las compras en el exterior se reducirían a $19,8 millardos, unos $15 millardos menos que al cierre del 2015, cifras que agregan más gasolina a la incendiaria pradera inflacionaria.

Los economistas Asdrúbal Oliveros y Pilar Navarro sostienen, a través de una investigación personal titulada “10 datos económicos para entender lo que viene”, que “los aumentos salariales” han sido “una batalla perdida” por el Ejecutivo nacional, en un intento “por mantener el poder adquisitivo de los trabajadores”.

“Este año se han realizado más incrementos salariales en la historia del país, aunque también es cierto que es el año en el que veremos la mayor escalada inflacionaria de nuestra historia, por lo que a pesar de los esfuerzos, los incrementos salariales seguirán quedando por debajo de la inflación”, estiman los dos expertos.

Para el economista Ramón Castillo la actual política de “salarios” podría alentar más la inflación, “la razón es muy sencilla (…) porque los precios de bienes y servicios siguen por las nubes, sin ningún control. El único indicador válido lo sienten los ciudadanos cuando van para los supermercados o abastos y ven que todo está más caro; pues los precios varían semana a semana”.

Agregó que Venezuela cerrará el año “con indicadores económicos desfavorables: un PIB de -8%, una inflación acumulada de más del 700%, un índice de escasez del 80%, una canasta familiar que superará los 500.000 bolívares y una estrepitosa caída en el poder adquisitivo (…). El Gobierno trata de surfear toda esta situación con aumentos salariales constantes, pero esto no resuelve nada (…) porque cada incremento queda pulverizado en semanas por la alta inflación”.

El exministro de Industria Básicas, Víctor Álvarez, coincide en que trece aumentos de sueldo en tres años son más que evidencia que demuestran el “problema de fondo no resuelto”, pues las medidas se traducen en “pan para hoy y hambre para mañana”.

“El aumento se vuelve sal y agua por efecto de la voraz inflación”, puntualiza. Explica que la escalada de precios se impulsará porque el trabajador buscará más bienes que están escasos debido a que “el aparato productivo nacional está postrado”.

Para  enmendar los errores, la propia Academia Nacional de Ciencias Económicas (Ance) propone corregir las distorsiones en el corto plazo. “Es perentorio generar condiciones que estimulen la iniciativa privada, se requiere unificar y liberar el tipo de cambio, (…) levantar los controles que hoy asfixian la economía y procurar el financiamiento externo, así como sanear las cuentas fiscales para abatir la inflación. Ello es imprescindible para que los salarios, en un ambiente que promueva la productividad, mejoren su poder adquisitivo”, afirmó en un comunicado.

En los actuales momentos, el Gobierno sigue con la “tarea pendiente” de frenar el alza desmedida de los precios y llevar el Inpc a un dígito. De no tomar los correctivos se mantendrá el viejo refrán: “Mientras los sueldos suben por la escalera, la inflación lo hace por el ascensor”.

FUENTE: CON INFORMACIÓN EL PANORAMA

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