Continúa la alarmante caída de la producción petrolera de Venezuela a pesar de la mejoría de los precios que se ha observado este año. Según las cifras oficiales que el Ministerio de Petróleo envía a la Organización de Países Productores de Petróleo (Opep) la producción petrolera de Venezuela promedió en junio 2,364 millones de barriles diarios, una caída respecto a mayo cuando promedió 2,370 millones de barriles diarios.
Acumula así una enorme pérdida de producción de 369 mil barriles diarios respecto al mes de diciembre de 2014, una pérdida mensual promedio de 20.500 barriles diarios para los últimos 18 meses.
Pero hay más. Las cifras de producción petrolera según fuentes independientes, que también publica la Opep, la producción de Venezuela habría alcanzado un mínimo en los últimos 10 años, al promediar en junio 2,095 millones de barriles diarios, una caída de 88 mil barriles diarios respecto a mayo de 2016 y de 266 mil barriles diarios respecto al promedio de producción de 2,361 millones de barriles diarios del año 2014.
Venezuela ha sido en los últimos 5 años el país miembro de la Opep que presenta las mayores diferencias entre los dos paquetes de cifras que publica la organización, el de fuentes oficiales y el de fuentes independientes, mostrando siempre las cifras oficiales una mayor producción que las cifras independientes. En junio, Venezuela informó haber producido 2,364 MMBD mientras que según las fuentes independientes totalizó 2,095 MMBD, una diferencia de 269 MBD. De manera reiterada el Ministerio de Petróleo se ha negado a aclarar a los especialistas y a la opinión pública esas diferencias.
Sin embargo, ambos paquetes de cifras muestran la misma preocupante tendencia a la baja de la producción petrolera del país.
La senda ruinosa: Los precios suben, la producción baja
El precio promedio de la cesta de crudos venezolana cerró en 39,73 dólares por barril, un alza promedio de 2,9 dólares por barril respecto al promedio de 36,83 dólares por barril de mayo. En junio la cesta venezolana alcanzó su mayor precio desde noviembre de 2015, cuando marcó 36,53 dólares por barril. Con la recuperación de los precios registrada en los últimos cuatro meses, el precio promedio de la cesta venezolana para el año 2016 se ubicó en junio en 31,15 dólares por barril.
Analistas nacionales e internacionales han advertido desde hace tiempo que Venezuela no invierte suficiente dinero en su industria petrolera. Eso es un grave problema, ya que los campos petroleros de forma natural se deterioran con el tiempo, y también lo hacen las instalaciones que dan servicio a los campos. Estas cuestiones fueron enmascaradas por los altos precios. Pero con los precios del petróleo crudo en un 50% inferior desde hace dos años esa falta de inversiones se amplificó.
Por otro lado el sector petrolero de Venezuela está experimentando racionamiento de energía eléctrica, que está agravando los continuos descensos de producción. Venezuela ha sufrido durante mucho tiempo problemas de energía y el gobierno recientemente la raciona mediante apagones. El sector eléctrico, vital para la producción petrolera, está en crisis por la corrupción y la mala administración crónica.
Como consecuencia del enorme sector público y sin apoyo popular para racionalizar sus gastos en un plan de austeridad, el gobierno de Nicolás Maduro decidió financiarlo con inflación, vía préstamos en bolívares sin soporte del Banco Central a Pdvsa, que trajo como consecuencia la caída del valor de la moneda del país, que tiene hoy la inflación más alta del mundo, ya hiperinflación, que el Fondo Monetario Internacional calcula podría cerrar en 700% para el año 2016. Eso significa que las empresas petroleras y los proveedores se enfrentan con costos más altos de lo que pueden hacer frente en este momento.
La mala administración de Pdvsa ha causado que no pague por los servicios de los proveedores claves de servicios petroleros, acumulando una deuda que supera los 2.300 millones de dólares, por lo que éstos decidieron reducir sus operaciones en el país hasta que les sea rebajada la monumental deuda que Pdvsa tiene con ellos.
Aun contando con unas enormes reservas petroleras, son del tipo de crudo extrapesado que es muy difícil de refinar. Por lo tanto, Venezuela necesita para mezclar su crudo con otros crudos más ligeros, como los que se producían en el Lago de Maracaibo, donde se derrumbó la producción de Pdvsa y por ello los debe importar de países como Rusia, Nigeria y los EE.UU. Esa tarea costosa se ha hecho más difícil por los problemas de pago causados por los problemas financieros. Los proveedores le exigen a Pdvsa el pago de contado para despacharlos.
A pesar de la enorme oportunidad de producir más petróleo por los mejores precios que podrían inmediatamente darle un respiro a las finanzas del país, ello es sencillamente imposible porque no tiene con qué.
Años de despilfarro, corrupción y mala administración le están pasando factura al sector petrolero nacional, y con ellos a toda la economía del país. A menos que ocurra un milagro, vemos pocas posibilidades de recuperación.
FUENTE: LA PATILLA