Adquirir gas doméstico en Venezuela se ha convertido en un verdadero calvario, inverosímil en un país productor de petróleo. Esto es palpable en las largas colas de usuarios que se registran en las tres plantas de distribución de Aragua, pese a las medidas de cuarentena, decretadas en marzo pasado, para evitar la propagación del COVID-19.

Y es que mucho antes de decretarse la cuarentena, la escasez de gas doméstico en la región ya era un problema para los ciudadanos, que se han visto obligados a recurrir a viejas prácticas como cocinar con leña o adquirir cocinas eléctricas para preparar los alimentos.

Yraima Alvarado, residente del barrio Bicentenario, asegura que desde hace dos meses, debe cocinar en una hornilla eléctrica, pues la empresa distribuidora a la que está afiliada, no le despacha el gas doméstico.

Espero que llegue la luz. No voy a cocinar a leña, no voy a retroceder 40 años”, dice tajante cuando se le pregunta cómo cocina cuando no hay servicio eléctrico.

Ante la escasez de gas doméstico, muchos aragüeños han optado por comprar cocinas eléctricas cuyos precios en el mercado rondan los 25 y 30 dólares. Sin embargo, esta solución también es relativa, porque se registran constantes apagones a diario.

“Señores, por el amor de Dios, en San Jacinto, Maracay, tenemos ya casi 20 horas con una sola fase de electricidad, no hay gas y no podemos cocinar porque las cocinas eléctricas no prenden. Hay personas adultas enfermas que necesitan atención y comida”, es el clamor que Luis Urdaneta hace a Corpoelec Aragua a través de la red social Twitter.

En Aragua existen tres plantas de distribución de gas doméstico para atender 13 de los 18 municipios de la región: Maracay 1, ubicada en la Zona Industrial Güere (municipio Mariño), Maracay 2, ubicada en Coropo (municipio Linares Alcántara) y 4 de Febrero, ubicada en el municipio Zamora.

Además cuenta con un cuarto centro de distribución ubicado en La Victoria, el cual sirve de acopio para distribuir a municipios del eje este del estado: Ribas, Revenga y Santos Michelena, mientras que los municipios del sur –San Sebastián, San Casimiro, Camatagua y Urdaneta– son abastecidos por la Gerencia de Guárico, dada la ubicación geográfica. El municipio Tovar es atendido por la Gerencia de Miranda.

En estos llenaderos es común y rutinario que, desde horas de la madrugada, se formen colas de usuarios, quienes recorren varios kilómetros para obtener gas doméstico, desestimando las medidas de distanciamiento social y aglomeración de personas.

La espera, además de conllevar riesgos, suele resultar infructuosa. Al punto que ante los incontables reclamos de los usuarios, la propia Defensoría del Pueblo en Aragua, constató en abril pasado, que no hay gas doméstico para la distribución y venta.

“Defensoría Delegada en el Estado Aragua realiza inspección al llenadero de gas doméstico Estebita Gas, a los fines de constatar su funcionamiento, una vez en el sitio se constató que no había gas para la distribución y estaban a la espera de las cisternas para abastecerse”, se lee en su cuenta oficial en Twitter.

Monaguenses reclaman por aumento de precio

Este miércoles el gobierno regional anunció el incremento del precio de cilindros de gas doméstico en Monagas. Los ciudadanos sostienen que desde hace un tiempo adquirían las bombonas a un precio mayor al estipulado y reclaman el servicio, pues los consejos comunales no son constantes con la venta.

La fallas de distribución de gas siguen generando descontento en la población de la entidad oriental. Para  febrero, de acuerdo con un recorrido realizado por el equipo de Cronica.Uno, de diez comunidades al menos siete cocinaban a leña y quienes tenían el servicio, lo habían adquirido bachaqueado, pues afirmaban que la distribución por los consejos comunales no es constante.

La gobernadora de la entidad, Yelitza Santaella, anunció a través de Twitter que se realizó “un ajuste” a los precios de los cilindros de gas doméstico. Los precios quedaron establecidos de la siguiente manera:

Gas comercial por cilindros

Bombona de 10 kg: Bs 100.000

Bombona de 18 kg: Bs 230.000

Bombona de 27 kg: Bs 300.000

Bombona de 43 kg: Bs 400.000

Gas a granel

Gas residencial: Bs 5.000 el litro

Gas comercial: Bs 15.000 el litro

Los monaguenses aseguran que conseguir una bombona es una lotería. A pesar de que los consejos comunales realizan jornadas para la venta de los cilindros, esto no es frecuente y en oportunidades tardan hasta dos meses para hacer una nueva jornada.

El aumento no me sorprende, porque en una oportunidad pague 200.000 bolívares por una bombona de gas de 18 kilos, o sea, lo que cuesta la de 43 kilos ahora. Lo que yo pido es que tengamos el servicio”, sentenció Pedro Rondón.

Los ciudadanos afirman que otra consecuencia del aumento será que los bachaqueros o gestores, a los que recurren por necesidad para obtener servicio, también aumenten sus precios. Destacan que el efectivo será un factor que impida la adquisición del cilindro.

“Con ese aumento los bachaqueros nos sacarán los ojos. Nosotros les compramos a ellos porque los necesitamos. Yo no tengo patio para hacer un fogón con leña y uno pasa mucha necesidad cocinando con esa candela”, expresó Elizabeth Muñoz.

Las interrogantes sobran, pero las respuestas son escasas.

“Sinceramente yo no entiendo cómo es posible que en un país donde se pierde el gas nosotros tegamos que estar pasando por esto, que tenemos que rogar por una bombonita de gas y un litro de gasolina. Esto no puede ser”, concluyó Arístides Díaz.

El aumento de Monagas se suma al de Carabobo y Sucre que se efectuó hace pocos días.

Araya sin gas hace más de un mes

Los pobladores de Araya, en el municipio Cruz Salmerón Acosta del estado Sucre, denunciaron que llevan más de un mes sin abastecimiento de gas doméstico; a lo que se suman las fluctuaciones del servicio eléctrico con apagones por más de 24 horas y la escasez de gasolina sin sumistro para los pescadores.

Pese a que es uno de los servicios de los sectores priorizados, advirtieron que el camión que presta el servicio de gas doméstico en la península de Araya “está varado por falta de combustible y que en la estación de servicio no le quieren cargar el tanque”. Alertaron  que un manto de humo permanece sobre sus comunidades por la cantidad de fogones a leña que han tenido que improvisar para cocinar, lo que provoca la aparición de afecciones respiratorias y oculares.

Con información de Crònica Uno

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