Sueldos miserables y falta de insumos de bioseguridad para atender casos de COVID-19 son las principales causas de las renuncias masivas que se están registrando en los centros del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (IVSS) en Barquisimeto, que son el Hospital Pastor Oropeza, Juan Daza Pereira y el Ambulatorio de Barrio Unión Doctor Rafael Vicente Andrade. Según Alberto Domínguez, secretario del sindicato, de dos a cuatro renuncias diarias se dan desde que inició la cuarentena.
«Se ha ido el 45 % del personal, son renuncias que se vienen contabilizando desde 2018, pero que se han incrementado en cuarentena», soltó al asegurar que los médicos abandonan sus puestos de trabajo por no ser dotados con mascarillas, guantes, gorros, lentes y las batas de bioseguridad.
«Antes el Hospital Pastor Oropeza tenía 1800 trabajadores, Juan Daza Pereira 850 empleados y el Ambulatorio de Barrio Unión otras 650 personas. Eramos una nómina de 3 mil 300 personas en total, hoy sólo quedan 1 400 aproximadamente. Se está yendo desde el personal de salud, en su mayoría médicos integrales comunitarios (MIC), enfermeras, obreros y administrativos», expresó.
René Rivas, presidente del Colegio de Médicos en Lara, indicó que las quejas por falta de insumos y bajos salarios se registran también en el Hospital Central y el Pediátrico Agustín Zubillaga.
«Un médico residente no gana ni 14 dólares al mes, pero los están obligando a que compren sus implementos para atender a los pacientes. Para adquirir mascarillas desechables, guantes, gorro y bata quirúrgica gastan cinco dólares diarios, imposible costear esos implementos», indicó, señalando que muchos dependen de las donaciones de ONG y empresas privadas para ayudar al personal de salud.
Con información de La Prensa de Lara