Llegó la noche del viernes desde Bruselas, haciendo escala en Madrid antes de recalar en Galicia. Desembarcó en A Toxa y lo primero que hizo al subir al estrado del foro fue llamar la atención sobre la escasa participación femenina en el panel de participantes: «Todo el mundo ha observado que había mucho desequilibrio. Es difícil, a veces, encontrar una composición paritaria. Primero por inercia, después, porque el número de mujeres a participar es más reducido que el de hombres, pero hay que tomar medidas activas para superarlo».
-¿Por qué reconoció a Guaidó y ahora hace lo posible para legalizar las elecciones de Maduro?
-Vamos a llamar a las cosas por su nombre. No sé si es una pregunta o una acusación… [se ríe]. Por encargo de la oposición, llevo desde el mes de julio en contacto con el Gobierno de Maduro para ver si son posibles unas condiciones que permitan la participación de la oposición, lo que sería bueno. No hubo acuerdo. Maduro pidió que se enviara una misión de observación electoral. Le dijimos que para hacer eso necesitábamos cinco meses de trabajo previo y constatar que se daban condiciones aceptables, que no era el caso. Negociamos, y en un momento dado creí que era oportuno enviar unos expertos para seguir haciendo lo que hacíamos en directo. No entiendo la crítica que ha generado el Partido Popular. No hay ninguna razón, salvo la de armar ruido y atacar al Gobierno español.
-¿Cómo acabará Venezuela?
-De momento, la cosa no va bien. El Gobierno venezolano no quiere retrasar las elecciones. Está en su derecho, pero en estas condiciones nosotros no podemos enviar una misión de observación electoral. Eso hará que las elecciones no se puedan organizar con un mínimo de parámetros democráticos y el país dará un paso más hacia la desinstitucionalización. Va a ser más difícil buscar una salida democrática a la crisis.
-¿Y no hay salida? Porque lo sufre la población.
-Eso es lo que me preocupa a mí. La situación humanitaria en Venezuela. Es desesperada. Es la crisis humanitaria más grave que está viviendo un país, y la comunidad internacional no le presta demasiada atención porque solo ve el aspecto político de la cuestión. Creo que habría que intentar llegar a un diálogo político. Lo intentamos nosotros y los noruegos, pero sin resultados. Y desde luego, nosotros estamos en contra de las soluciones militares.
-La mayor parte de los españoles no saben los países que integran la UE.
-Supongo que lo mismo les pasa a los finlandeses.
-¿Y esto tiene algún sentido como proyecto europeo?
-Todo el sentido del mundo. Hoy más que nunca. No solo por el éxito histórico de haber pacificado un continente envuelto permanentemente en guerras, sino por constituir hoy una fuerza que es la única que puede contribuir a civilizar la globalización. Cada país europeo, solo, poco va a poder contar en la gran confrontación China-EE.UU. Si queremos existir, si queremos defender nuestra forma de vida, nuestra manera de organizar la convivencia, lo tenemos que hacer con más unidad todavía de la que tenemos. Pero todos los europeos piensan, estoy convencido, que vivirían peor si no existiese la Unión Europea.
-¿Cuál es el papel de Europa en el conflicto EE.UU.-China?
-Más que conflicto hablemos de confrontación creciente, que la pandemia ha agudizado. Nosotros estamos más cerca de Estados Unidos porque tenemos un sistema político: democracia, mercados, derechos humanos. Pero eso no significa que siempre tengamos que seguir ciegamente las decisiones americanas. También tenemos nuestros propios intereses. Reclamo, por lo tanto, una autonomía estratégica de la UE para defender derechos y valores de manera autónoma. Han venido a llamarla la doctrina Sinatra por decir que había que hacer las cosas on my way. Pues me parece bien, doctrina Sinatra.
-Amenaza de Rusia
-Se siente más si usted vive en Lituania que en el Algarve. Hay ciertamente una situación de desconfianza por parte de los países que estuvieron bajo la Unión Soviética, que se explica por razones históricas y culturales.
-Putin tampoco da mucha confianza.
-A eso me refiero. Rusia ha promovido la separación de dos partes del territorio ucraniano. Pero Rusia es nuestro vecino, con ambiciones geopolíticas. No podemos ignorar su existencia. Hemos de mantener una posición firme y de apoyo a los países del Este y a Ucrania, tenemos que buscar vías de entendimiento en aquellos temas en los que la cooperación con Rusia es posible y deseable. Es imposible solucionar los problemas de Siria o Libia sin contar con Rusia. Ni los del Cáucaso o los del Ártico. La transición energética depende del aprovisionamiento de gas, y eso es tanto como decir Rusia. Nos tenemos que mantener firmes en la defensa de los miembros de la Unión Europea que se sienten recelosos de la posible confrontación con Turquía. España tiene tanques Leopard y aviones F-18 desplegados en los países bálticos. Me imagino que si están ahí no es para tomar café. Será porque hay un sentimiento de que hay que vigilar esa frontera. Pero hay que tener relaciones lo más constructivas posibles con Rusia.
«Un día de guerra cuesta más que todos los funcionarios de la Unión Europea»
Sobre la mesa, el comportamiento del Reino Unido con una ley que incumple las reglas pactadas en el brexit.
-No deja de sorprenderme. Vamos a ver en qué acaba, pero para mí más vale un no acuerdo que un mal acuerdo. Si el Reino Unido pretende forzar la mano a Europa y dividirnos para intentar conseguir un acuerdo hecho a su medida, creo que se pierde el tiempo. Faltan tres meses para llegar a una solución final, pero tal y como se oyó en el Consejo Europeo, si el Reino Unido no quiere llegar a un acuerdo o quiere un pacto que trata algunos puntos concretos olvidando los demás, buscando solo su interés, más vale que no haya acuerdo.
-¿En Europa no hay demasiados funcionarios?
-¿Demasiados con respecto a…?
-Con respecto a tener en la anterior crisis a Grecia y Portugal sufriendo.
-No creo que ese sea el problema de la UE. Francamente.
-¿Cuál es el problema?
-La falta de unidad en cuestiones fundamentales. No todos los países europeos tienen la misma visión del mundo. Los ciudadanos europeos dicen, con razón, que están a favor de una defensa común porque las herramientas son más eficientes y baratas. En política exterior pasa lo mismo. Cada uno tiene su historia y ve el mundo con sus ojos. Polonia no puede ver con iguales ojos a EE.UU. que España. Polonia existe desde los tiempos de Wilson gracias a EE.UU. Pero muchos españoles recordamos de Norteamérica el apoyo al dictador Franco. No lo podemos ver de igual manera. Eso no quiere decir que estemos en contra de EE.UU. Quiere decir que los polacos están más entusiasmados en ir a la guerra de Irak que los españoles. Y le diré: un día de guerra cuesta más que todos los funcionarios de la Unión Europea.
-Hablemos del equilibrio de poderes dentro de la UE. Frugales contra núcleo duro.
-Ha habido un gran debate con el fondo de inversión para poder hacer frente a la pandemia. Algunos eran muy reacios a que la Unión Europea se endeudara para ayudar a los más afectados. Al final hubo un acuerdo histórico porque se rompieron tabúes. Eso se ha hecho porque en Europa, después de mucho discutir, se acaba aceptando que hay cosas que hay que hacer, aunque a algunos no les gusten. Buscando compensaciones. La forma de hacer política en Europa es un trabajo de orfebrería, de negociación permanente. Ojalá en España hiciéramos lo mismo.
Con información de La Voz de Galicia
Marcado por el fallecimiento de personal de la salud: En septiembre el COVID-19 arreció en Venezuela
El noveno mes del año estuvo marcado por el fallecimiento de personal del gremio de la salud, el inicio del nuevo período escolar a distancia pese a las protestas de los docentes y el reinicio de las protestas en las calles
Durante septiembre, la pandemia por covid-19 arreció en Venezuela. Terminó el noveno mes del año con 75.122 casos y 628 muertes por complicaciones por el virus, de acuerdo con las cifras oficiales difundidas por el régimen de Nicolás Maduro.
En este período se produjo también el segundo pico más alto de contagios por covid-19, cuando se registraron 1.252 casos el pasado 10 de septiembre. Dicho día solo ha sido superado por el 13 de agosto, en el que se informó que hubo 1.281 casos.
Durante este mes se produjeron 242 muertes por covid-19, es decir, poco más de un tercio de las muertes totales registradas en los más de seis meses de cuarentena en Venezuela ocurrieron en septiembre.
Desde el 31 de agosto al 30 de septiembre, el régimen anunció 28.394 casos nuevos de covid-19.
La mayor cantidad de casos en el mes se concentraron en el Distrito Capital, con aproximadamente 5.133 de contagiados confirmados, de acuerdo con datos recopilados por el medio de comunicación El Diario.
El personal de salud también sufrió los embates de la enfermedad que azota al país. De acuerdo con la organización Médicos Unidos por Venezuela, desde el inicio de la pandemia hasta el 21 de septiembre la cifra de fallecidos en el sector sanitario se ubicó en 187.
Pago de bono “Héroes de la Salud”
El gobierno interino de Juan Guaidó inició en septiembre el pago de los bonos denominados “Héroes de la Salud”, que consisten en una remuneración de 100 dólares para médicos, enfermeras y trabajadores de la salud.
Reiteró Guaidó, en una rueda de prensa, que se trata de un bono destinado a salvar la vida de los que se encuentran trabajando para contener la pandemia y que devengan salarios ínfimos.
Para el 5 de septiembre, al menos 3.000 personas del gremio sanitario recibieron la bonificación. Esto pese a los intentos del régimen de Nicolás Maduro de bloquear AirTM, la plataforma digital por la que se iban a pagar esos fondos. A propósito de esto, la empresa Tunnel Bird sorprendió a los venezolanos ofreciéndoles servicio de VPN gratuito para poder sortear las trabas impuestas desde el oficialismo.
También se entregaron insumos y ayuda humanitaria por parte de la Organización Panamericana de la Salud a la Cruz Roja de manera directa, de acuerdo con Guaidó, sin que el régimen participara como intermediario.
El 16 de septiembre inició el año escolar 2020-2021 bajo la modalidad de clases a distancia. Sin embargo, al menos 90% de los educadores no estaban de acuerdo con incorporarse a las aulas, según un reportaje previo de El Diario.
Gricelda Sánchez, secretaria de contratación colectiva y reclamos del Sindicato Venezolano de Maestros del Distrito Capital, indicó que se estaba violentando el contrato colectivo de los docentes.
Aunado a las reivindicaciones salariales exigidas por el sector educativo, también los docentes denunciaron la falta de infraestructura necesaria para impartir clases a distancia.
Mes convulso en la lucha por servicios básicos dignos
Una multitudinaria marcha el 23 de septiembre en Urachiche, estado Yaracuy, sorprendió a toda Venezuela. Pese a la pandemia, cientos de ciudadanos recorrieron las calles para manifestar sus deseos de cambio político y de mejora en los servicios públicos como el agua, electricidad y gas doméstico.
Posteriormente, se registraron protestas en los municipios Bruzual, Nirgua, Peña y San Felipe de Yaracuy. Las mismas fueron reprimidas por los organismos de seguridad con balas, perdigones y bombas lacrimógenas, de acuerdo con denuncias del Observatorio Venezolano de Conflictividad Social (OVCS).
La escasez de combustible se incrementó en la capital del país. Fuentes indicaron para El Diario que la distribución de la gasolina había sido irregular desde principios de septiembre.
Con información de El Diario