En medio de un estancamiento de la producción nacional, el país con las mayores reservas petroleras del mundo podría apoyarse en un aumento de las importaciones para garantizar la estabilidad. Sin embargo, ese remedio también escasea en Venezuela. No es de extrañar entonces que el Fondo Monetario Internacional considere a la economía nacional como “la peor del mundo” desde octubre del año pasado.
En medio de una aguda reducción del ingreso en divisas debido a la caída de los precios del petróleo, la opción más eficaz para suplir la falta de la producción nacional también va en picada. Eduardo Quintana, presidente de Fedecámaras Vargas, asegura que las importaciones han caído 85%. Según una evaluación que realiza del puerto de La Guaira, entre mayo y junio de este año no hubo entrada de alimentos, solo ingresaron maquinarias y repuestos para ensamblaje.
“El gobierno, en la creencia de que el costo del barril se iba a mantener en el tiempo, cercenó la producción nacional. Ahora en las importaciones la merma es sumamente notoria. El descenso apunta hacia 90%. Yo, la verdad, es que no sé cómo matizar la debilidad que tenemos en cuanto al futuro”.
En el primer trimestre del año, el puerto de La Guaira solo recibió 64 buques, 20 menos que en 2015. Actualmente, la reducción persiste. Un convenio para ahorrar capital autoriza a un solo buque que sale desde Panamá para que recoja los contenedores de 4 líneas navieras y cada 15 días las traiga al país. De productos refrigerados como medicinas, alimentos y químicos, entre enero y marzo solo se recibieron 469 contenedores, 41,8% menos en comparación a los 805 que llegaron en el primer trimestre de 2015.
“Hasta que no nivelemos las importaciones para que sean más constantes y así tener los insumos necesarios será muy difícil solventar esta crisis. Todo depende de una administración eficiente de los ingresos del país, pero tenemos unos pésimos gerentes públicos que no solo han despilfarrado y malversado los recursos, sino que además trabajan sobre un alto nivel de corrupción”, señala Francisco Martínez, presidente de Fedecámaras.
Al seguir la cadena económica, el gremio comercial también se ve afectado. Cipriana Ramos, presidente de Consecomercio, advierte que si no hay producción nacional y las importaciones siguen cayendo, el sector terciario irá desmejorando.
“Somos la vitrina que vende, distribuye y comercializa. Si el sector primario está agotado y el secundario, que es industria, está limitado, no vamos a tener qué vender. Aquí tiene que haber un cambio sustancial que no sea el Plan de la Patria porque no reconoce el sector comercio”.
El futuro es incierto y depende de las decisiones que el gobierno tome sucesivamente. Los especialistas coinciden en que pagar las deudas a proveedores internacionales para generar confianza y el simple hecho de aceptar la colaboración de países, que son conscientes de la crisis que se vive en Venezuela, podría aclarar este oscuro panorama.
FUENTE: EL NACIONAL